Los estados y las regiones juegan un papel fundamental para lograr la recuperación verde de la pandemia del COVID-19. Son estas jurisdicciones las más cercanas a las comunidades y quienes tienen gran oportunidad de vincular las medidas de recuperación económica con consideraciones ambientales.

El proyecto Huella Climática, el cual apoya a los gobiernos de Baja California, Jalisco y Yucatán a mejorar sus esfuerzos de reducción y seguimiento de gases efecto invernadero (GEI), ha reconocido la importancia de adaptarse ante la actual crisis. En este sentido, busca asociar la importancia de los sistemas de Monitoreo, Reporte y Verificación (MRV) en proporcionar los datos que le permitirán a los gobiernos estatales evaluar los impactos socioeconómicos y ambientales de las acciones climáticas. Asimismo, esto ayudará a resaltar uno de los resultados más importantes que hasta ahora hemos logrado visualizar, la transversalización del cambio climático.

Ante las restricciones de viaje y reuniones de grupos grandes, el proyecto se ha reinventado para lograr sus objetivos. Un ejemplo concreto es la experiencia de Jalisco y el desarrollo de una serie de webinarios técnicos con las diferentes Secretarías que forman parte del grupo de mitigación de la Comisión Interinstitucional de Acción ante el Cambio Climático del estado, como parte del fortalecimiento de capacidades que ofrece el proyecto. Durante un mes y de forma virtual, representantes de cada secretaría se han unido en grupos de trabajo para continuar la transversalización de cambio climático en sus entidades.

Créditos: The Climate Group. Webinario- Presentación Sistema de seguimiento de acciones climáticas a nivel sub-nacional con GIZ (19 de mayo).

A través de herramientas interactivas, el equipo facilitó sesiones de trabajo para desarrollar e identificar acciones e indicadores de mitigación que den paso al seguimiento de una recuperación verde futura. Un trabajo similar se realizará en los estados de Yucatán y Baja California. En paralelo, la serie de foros entre pares “Del seguimiento a la acción” iniciará próximamente para brindar otra oportunidad a gobiernos estatales de aprender de manera virtual.

 

Créditos: The Climate Group. Grupo de trabajo virtual- sector transporte Jalisco.

 

El proyecto Huella Climática es liderado por The Climate Group como secretaría de la Coalición Under2, y apoya a gobiernos estatales y regionales en México, Brasil, India y Sudáfrica. Sus principales objetivos son:

  • Proporcionar un paquete personalizado de asistencia técnica y capacitación para que los estados mejoren sus capacidades y conocimientos sobre sistemas de Medición, Reporte y Verificación (MRV);
  • Alinear los sistemas de MRV regionales con esfuerzos nacionales y locales para promover la acción climática integrada a través diálogos entre el gobierno nacional, estatal, regional y local para ayudar a alinear las acciones climáticas en todos los niveles de gobierno;
  • Fomentar el intercambio de conocimientos y reproducción de buenas prácticas a nivel internacional a través de casos de estudio, foros entre pares, entre otros.

El COVID-19 afecta a México desde el 27 de febrero de este año y, con ello, la movilidad e interacción entre las personas se ha restringido. Uno de los sectores más vulnerables a estas medidas es el sector Turismo.

De acuerdo con cifras preliminares de la Organización Mundial del Turismo, se estima una pérdida aproximada de 45 mil millones de dólares, y una baja entre 60 y 80% de la llegada de turistas internacionales en 2020. Para equiparar estas cifras, eso significa perder casi el doble de la captación de divisas registradas en 2019.

La situación es compleja y desafiante para todos, en especial para las pequeñas y medianas empresas y la población que depende de ellas. El Lic. José Benigno Torres, presidente del Consejo Coordinador Empresarial de San Miguel de Allende, compartió que al menos en el destino turístico:

“existe el riesgo de cerrar el 60% de los hoteles de manera permanente, y alrededor del 40% de restaurantes… y los que vayamos a transcender esta epidemia tenemos retos muy importantes: tenemos que reinventar la manera en cómo proveemos nuestros servicios y aprender de esta gran crisis de salud”.

Como consecuencia, diálogos empresariales se han llevado a cabo en diversas partes del país. Las reflexiones rondan sobre la forma en que se desarrolló el turismo antes de la crisis y si es adecuado para esta nueva realidad. Asimismo, se comparten algunas reflexiones sobre las lecciones y aprendizajes que deberían permear en las próximas decisiones en el sector. La Asociación de Empresarios de Bahía de Banderas y Puerto Vallarta (AEBBA), a través de su presidente el Lic. Jorge Villanueva, expresó:

“La gran lección que nos deja el COVID es la insensatez que ha tenido la humanidad en muchos rubros al desproteger a la naturaleza. No podemos volver a hacer lo que hacíamos antes de la misma manera. Tenemos que ser más responsables socialmente y más responsables con el entorno”

Sin duda, los impactos totales al turismo podrán documentarse con certidumbre después de varios meses del término de la pandemia y conforme a las regulaciones de movilidad que establezcan los países. Por lo cual, este momento es una oportunidad para crear estrategias creativas que permitan la recuperación económica, social y ambiental del país.

Para más información, te invitamos a leer un boletín especial sobre el COVID 19 y el Turismo.

La movilidad humana en el contexto del cambio climático ha ganado espacio en agendas internacionales sobre desarrollo sostenible y cambio climático. La formulación de los Planes Nacionales de Adaptación de los países miembros de la CMNUCC tras la COP 16 representa una oportunidad para considerar la migración climática interna desde una perspectiva de derechos humanos.

La migración climática es una realidad en todas las partes del mundo. Con el aumento de la temperatura promedio global a 1,5°C habrá un aumento en los incidentes de migración y desplazamiento internos. El desafío es mucho mayor para los países más vulnerables: Países menos adelantados (PMA), países en desarrollo sin litoral (PDSL) y pequeños estados insulares en desarrollo (PEID). Según un estudio realizado por el Banco Mundial se proyecta que para 2050, solo en África subsahariana, Asia meridional y América Latina cerca de 143 millones de personas podrían verse obligadas a desplazarse dentro de sus propios países para escapar de los impactos del cambio climático.

Bajo el Marco de Adaptación de Cancún de 2010, las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) asumieron el compromiso de intensificar sus labores relativas a la identificación e implementación de estrategias de adaptación al cambio climático, entre otras cosas, a través de emprender medidas para mejorar el entendimiento, la coordinación y la cooperación con respecto al desplazamiento, la migración y el traslado planificado como consecuencia del cambio climático. Asimismo, el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo 2015-2030 aborda los desplazamientos causados o no por desastres climáticos, así como la contribución de los migrantes a la capacidad de recuperación en su lugar de destino. Sin embargo, el reconocimiento oficial de la migración y el desplazamiento inducidos por el clima es aún incipiente dentro de los acuerdos internacionales sobre cambio climático.

La movilidad humana relacionada con riesgos climáticos puede darse en respuesta a diferentes tipos de riesgos y de diversas formas: desplazamiento forzado, migración voluntaria, relocalización organizada, al interior de un país o a través de fronteras, de forma individual o comunitaria. Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones sostiene una perspectiva de desarrollo sostenible, a través de la cual se pueden atender las necesidades y reducir vulnerabilidades de poblaciones expuestas a factores ambientales mediante la reducción de riesgo de desastres y medidas de adaptación al cambio climático.

Una de las iniciativas que más fuerza ha tomado en la materia a nivel internacional es entender la migración como parte de la estrategia de adaptación que se puede promover a través de la reubicación y el reasentamiento planificados, o bien mediante la migración temporal. Sin embargo, cada vez resulta más evidente que la capacidad de migrar, más allá de un derecho humano, es una función de la movilidad y los recursos (tanto financieros como sociales); es decir, las personas más vulnerables al cambio climático no son necesariamente las que tienen más probabilidades de migrar.

Entender el contexto que motiva el desplazamiento de las personas por motivos asociados con el cambio climático es importante. Sin embargo, más allá de adoptar un enfoque centrado en el riesgo, el reto de la agenda internacional y de los marcos regulatorios a nivel internacional reside en atender un enfoque centrado en los derechos humanos de las personas migrantes, del movimiento en sí mismo y el destino. Más aún, debe estar centrado en quienes, por motivos económicos, sociales o culturales, se ven obligados a permanecer en las áreas afectadas o de mayor riesgo.

A la fecha, solo algunos países han terminado de formular su Política Nacional de Adaptación (NAP, por sus siglas en inglés). Para el caso de México, el gobierno tiene la encomienda de iniciar un proceso de construcción participativa con actores regionales. Por su parte, otros países aún están definiendo su estrategia para el cumplimiento de las NDC, ya sea en el aumento de la ambición de las metas o en la actualización de los compromisos nacionales. Esto representa la oportunidad para estos países de considerar el riesgo climático y los desafíos y oportunidades de la migración en la planificación del desarrollo nacional, desde un enfoque de derechos humanos y centrado en las personas.

Con motivo de presentar los principales resultados de dos estudios de co-beneficios y dialogar sobre las oportunidades nacionales y regionales para cuantificar los co-beneficios con una perspectiva de desarrollo sostenible, la GIZ México celebró el evento de lanzamiento “Co-beneficios: la Acción Climática para el Desarrollo Sostenible en México”.

Por un lado, el equipo de la Iniciativa Agenda 2030, junto con la Oficina de Presidencia de la República, presentó el estudio Haciendo cuentas: Cuantificando los co-beneficios de la Acción Climática para el Desarrollo Sostenible en México, donde se exploran las sinergias entre el Acuerdo de París y la Agenda 2030 y los co-beneficios de una implementación integrada de ambas agendas. Por otro lado, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), en conjunto con el proyecto Convergencia de la Política Energética y de Cambio Climático (CONECC), presentó el estudio Co-beneficios: Contribución de la Transición Energética para el Desarrollo Sostenible en México, en el cual examina los importantes co-beneficios de las energías renovables y la eficiencia energética en la transición energética de México, así como las opciones de políticas más adecuadas para hacer entrega de estos beneficios al pueblo mexicano.

 

Créditos: GIZ 2020. Nube de palabras con las expectativas de los participantes

 

Durante la jornada, varios expertos y expertas como la doctora Amparo Martínez Arroyo, directora general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) hablaron de los co-beneficios resultantes de la integración de las agendas climáticas, energéticas y de desarrollo sostenible en México. Además, tras las presentaciones de los principales hallazgos y resultados de ambos estudios, la ingeniera Yutsil Sanginés, directora general de Políticas para el Cambio Climático de la SEMARNAT, expuso el diseño e implementación de un Sistema de Comercio de Emisiones en México.

 

Créditos: GIZ 2020. Mensaje de apertura Dra. Amparo Martínez Arroyo y Sr. Oliver Knoerich

 

Con el objetivo de destacar el rol de los estados, se realizó un panel subnacional, en el cual las secretarias y secretarios de los estados de Oaxaca, Yucatán y Puebla discutieron sobre las acciones y oportunidades de sus estados en la transversalización de la acción climática en las políticas de desarrollo.

Finalmente, las y los participantes tuvieron la oportunidad de exponer sus ideas y opiniones en tres mesas de trabajo, las cuales se crearon con el propósito de establecer las próximas rutas de investigación de los estudios presentados. Éstas se enfocaron en las oportunidades de transversalización de la acción climática en políticas de desarrollo y viceversa, en los elementos para la creación de una herramienta de cuantificación de co-beneficios de energías renovables y eficiencia energética y en la priorización de los co-beneficios en la implementación de un Sistema de Comercio de Emisiones en México.

 

 

Este evento se celebró el pasado 4 de marzo 2020 en el Museo de Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México y fue organizado por los equipos de Agenda 2030, CONECC y SiCEM, los cuales forman parte de la Iniciativa Internacional de Protección del Clima (IKI) del Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMU) y del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania.

 

 

Para generar un instrumento que ayude a aterrizar los esfuerzos por aumentar la resiliencia de México ante el cambio climático y al cumplimiento de las NDC en materia de adaptación, el proceso de elaboración de la Política Nacional de Adaptación (NAP) deberá ser participativo, representativo y utilizar la perspectiva de regionalización.

Las reformas de julio de 2018 a la Ley General de Cambio Climático buscaron armonizar el marco jurídico nacional con los compromisos adquiridos por México en el Acuerdo de París en 2015. Una de las reformas en materia de adaptación contempla la creación de una Política Nacional de Adaptación (NAP por sus siglas en inglés), bajo el marco del Sistema Nacional de Cambio Climático, que fortalezca y facilite las sinergias entre los diversos mandatos internacionales, nacionales y subnacionales en la materia.

Con la intención de orientar la preparación de la fase previa al proceso formal de elaboración de la NAP, el proyecto Alianza Mexicana-Alemana de Cambio Climático, implementado por la Deutsche Gesell­schaft für Internationale Zusammenarbeit  (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sostenible), coordinó y supervisó la elaboración del documento “Apoyo en el diseño de una hoja de ruta para planificación de la Política Nacional de Adaptación al Cambio Climático de México (NAP)” (Enero 2019), destinado a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).

El documento hace una revisión de los marcos institucionales, legales y políticos que sustentan la acción climática de adaptación en México, para generar la propuesta de una hoja de ruta que indique los componentes y actividades específicas necesarias para la formulación de la NAP. Entre los elementos más importantes de la hoja de ruta se encuentra la pertinencia de realizar un amplio proceso participativo -con actores gubernamentales y no gubernamentales, nacionales y locales- que facilite la recopilación de experiencias e iniciativas para generar una política pública exitosa que refleje las inquietudes y prioridades reales de la población.

 

 

Dada la diversidad ecosistémica y climática del territorio mexicano, se plantea la necesidad de apoyarse en una perspectiva de regionalización como característica indispensable en el proceso de elaboración de la NAP. De esta manera, se pretende atender la diversidad de vulnerabilidades y los impactos diferenciados, presentes y futuros, que se dan en el país. Esta propuesta facilitaría la adopción de distintos tipos de enfoques de adaptación que respondan a las prioridades de cada zona y los sectores involucrados.

Trazar un eje común en materia de adaptación a través de una Política Nacional de Adaptación holística, descentralizada y representativa, posibilita la adopción de medidas concretas y efectivas que aumenten la resiliencia de México a través de la política climática a nivel subnacional.

En el marco del reciente lanzamiento del Programa de Prueba del Sistema de Comercio de Emisiones (SCE) en México en enero 2020, el proyecto Preparación de un Sistema de Comercio de Emisiones en México” (SiCEM) de GIZ realiza actividades de desarrollo de capacidades, difusión y diálogo sobre el SCE con diversos actores. La intención es trabajar junto a sector público, privado y sociedad civil a fin de favorecer un entorno propicio para la implementación de un Sistema de Comercio de Emisiones en el país.

En este contexto, en conjunto con el Instituto Mora y la editorial académica Springer, el proyecto SiCEM está apoyando un esfuerzo colaborativo para la redacción de un libro académico multi-autor sobre el Sistema de Comercio de Emisiones en México. En este libro participarán académicos de importantes centros de investigación nacionales e internacionales. Recientemente, se convocó a estos investigadores e investigadoras a un seminario para la presentación de sus avances, así como para sostener una interesante conversación que permitió conformar la estructura temática del libro.

 

Créditos: GIZ. Investigadores durante el evento.

 

El seminario se llevó a cabo el 10 de marzo de 2020, en las instalaciones del Instituto Mora, en la Ciudad de México. El evento fue convocado por esta institución, con apoyo del proyecto SiCEM implementado por  la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sostenible) por encargo del Ministerio Federal de Medio Ambiente de Alemania (BMU). Contó con la participación de distinguidas universidades como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), la Universidad Anáhuac, el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Además, participaron de forma virtual investigadores de universidades y centros de investigación internacionales como la Stanford University, University of California y la Alexander Von Humboldt Foundation.

 

Créditos: GIZ. Los investigadores y las investigadores discutieron los avances del libro.

 

La conversación giró alrededor de diferentes áreas temáticas. En primer lugar, se identificó la necesidad de que el libro contuviera una sección de contextualización del SCE en el entramado de políticas públicas del país y el cumplimiento de las agendas internacionales. Se discutió también la importancia de analizar el marco jurídico que sustenta la implementación del SCE en México, así como su estructura institucional y de gobernanza. Finalmente, se sebatió sobre los elementos de diseño del SCE y las perspectivas que, conforme el SCE mexicano transite de su fase de prueba a la fase operativa, permitirán fortalecer aún más este instrumento.

La investigación académica en materia del SCE es clave para generar análisis e insumos que permitan fortalecer la Fase Operativa del instrumento. En este sentido, el proyecto SiCEM continuará apoyando las actividades de promoción de esta investigación en México. En los próximos meses se continuarán presentando en el blog de “IKI-Alliance México” los esfuerzos de desarrollo de capacidades, facilitación de diálogo y estudios técnicos adicionales para el fortalecimiento del diseño del sistema.

Para mayor información sobre este tema, favor de contactarnos en: Comercio.Emisiones-MX@giz.de

Siendo México un país megadiverso, multicultural y altamente vulnerable a los impactos del cambio climático, se integra el enfoque de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) a los instrumentos nacionales para seleccionar medidas de adaptación de alto impacto que aporten a la reducción de la vulnerabilidad y al cumplimiento de los Acuerdos de París.

En octubre del 2015 la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) con el apoyo de la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sostenible), a través del proyecto Alianza Mexicana-Alemana de Cambio Climático, presentaron la primera versión de la Metodología para la Priorización de Medidas de Adaptación frente al Cambio Climático.  Este documento considera la lista de criterios contemplados en la ENCC 10-20-40 e involucra la valoración económica de cada medida de adaptación contemplada. Desde entonces, ha servido como guía para la elaboración de Programas Estatales de Cambio Climático (PECCs) y los Programas de Adaptación al Cambio Climático (PACC) en Áreas Naturales Protegidas (ANP).

Tomando en cuenta la megadiversidad de México, tanto en climas como ecosistemas, en 2018 se presentó la Actualización de la Metodología para la priorización de Medidas de Adaptación, cuya particularidad fue la integración del enfoque de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE). Este enfoque atiende el potencial del país para reducir su vulnerabilidad y la de su población por medio de la gestión sustentable de los recursos, la restauración de los ecosistemas y la conservación de la biodiversidad.

 

 

Esta metodología contempla el proceso participativo en cada etapa, involucrando a todos los actores que se benefician de los servicios ecosistémicos. Lo anterior, además de servir como ejercicio de transparencia y gobernanza, evidencia el potencial que tiene la priorización de medidas AbE para ser replicada a nivel sectorial e incluso por parte del sector privado, en respuesta a las afectaciones que presenten sus actividades productivas como resultado del cambio climático.

Otras de las grandes ventajas de enfatizar el enfoque AbE en la selección de medidas de adaptación son la integración del conocimiento local y la contribución a la reducción de riesgo de desastres. Además, los proyectos AbE pueden resultar más costo-efectivos y accesibles en comparación con otras medidas grises de adaptación (construcción de infraestructura y/o ingeniería de obras); lo que a su vez propicia el acceso a portafolios de proyectos acreedores a algún tipo de financiamiento verde.

México es altamente vulnerable ante el cambio climático por su ubicación geográfica, su topografía y sus características socioeconómicas. Las medidas de adaptación resultan indispensables para hacer frente a los ya inevitables efectos del cambio climático, que impactan con mayor fuerza a las poblaciones más vulnerables y a las principales actividades productivas del país.

De acuerdo con datos provistos en el PECC 2014-2018, 13% de los municipios en México presentan el mayor grado de vulnerabilidad ante el cambio climático. Cerca de un 25% de la población vive en asentamientos irregulares y zonas de riesgo por inundaciones; mientras que las sequías en el norte del país son cada vez más recurrentes y amenazan la seguridad alimenticia de la población. Lo anterior se traduce en la restringida capacidad adaptativa de una gran mayoría de habitantes ante posibles eventos hidrometeorológicos severos.

 

Créditos: Shutterstock. Asentamientos irregulares en la costa de Acapulco.

 

En un novedoso formato virtual, representantes de los proyectos de la “Iniciativa Internacional de Protección del Clima” (IKI) en México y sus contrapartes del gobierno mexicano intercambiaron conocimientos y crearon sinergias en el cuarto taller de intercambio realizado el jueves 19 de marzo de 2020.

Rodolfo Godínez, titular de la Unidad Coordinadora de Asuntos Internacionales (UCAI) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y Vera Rodenhoff, del Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania (BMU) destacaron la importancia de la cooperación entre México y Alemania en materia de cambio climático y biodiversidad. A su turno, Jasmin Fraatz, directora de la Alianza Mexicana-Alemana de Cambio Climático de la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ) dio la bienvenida a los 118 participantes conectados y los incentivó a generar intercambios que permitan optimizar su trabajo diario.

El taller empezó con cuatro ponencias. Por un lado, Yutsil Sangines de la Dirección General de Políticas para el Cambio Climático (DGPCC) de la SEMANART y Andrea Cruz de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) disertaron sobre las políticas públicas y las perspectivas del gobierno de México sobre clima y biodiversidad para el 2020.

Por otro, Philipp Behrens y Vera Rodenhoff del BMU se refirieron a las oportunidades de cooperación de la IKI y el gobierno mexicano para el cumplimiento de la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), así como las proyecciones de colaboración entre México y Alemania en temas de cambio climático y biodiversidad.

Posteriormente, se realizó un panel de discusión donde representantes gubernamentales de México y Alemania trabajaron alrededor de dos disparadores:  ¿Cómo ha apoyado la IKI el cumplimiento y el aumento de la NDC y la Estrategia Nacional sobre Biodiversidad de México (ENBioMex)? y ¿Cuáles son las expectativas de la colaboración con proyectos IKI hacia el futuro? De la dinámica participaron las  Secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), de Turismo (SECTUR); la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO); la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP); el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y de parte del gobierno alemán el BMU.

Tras el intercambio, Claudia Kirschning, asesora de la interfaz IKI, explicó el panorama de la interfaz IKI en México y detalló que actualmente se están implementando 36 proyectos en el país (20 de mitigación, 8 de biodiversidad, 4 de adaptación y 4 de REDD+). Asimismo, 20 organizaciones implementadoras y 32 contrapartes del gobierno mexicano están colaborando para lograr las metas climáticas y de biodiversidad. Además, recordó los canales de comunicación: el blog IKI Alliance, el Twitter y el boletín trimestral.

 

Créditos: GIZ. Claudia Kirschning (GIZ) presenta una infografía de los proyectos IKI implementados por GIZ.

 

En una segunda parte del taller, los encargados de los proyectos IKI se dividieron en grupos de trabajo para intercambiar conocimientos y crear acuerdos que permitan una mayor sinergia entre las distintas iniciativas. Las temáticas que se trataron fueron: Sector privado; Desarrollo Urbano Sostenible; Agricultura; Adaptación; Biodiversidad/REDD; Financiamiento; Transparencia/MRV y Mitigación/energía.

Después de la presentación en plenaria, Jasmin Fraatz agradeció la participación de los asistentes en este nuevo formato digital y adelantó que se prevé la relación de una versión presencial del evento más adelante.

Más información del primer, segundo y tercer taller

 

Créditos: GIZ. Proyectos de la IKI implementados por GIZ en México.

El conocimiento tradicional sobre la observación del entorno natural se encuentra muy arraigado en las comunidades Mayas de la Península de Yucatán. Es con base en estas observaciones ancestrales que las comunidades del sur de Yucatán toman decisiones sobre el ciclo agrícola cada año, en un proceso llamado Xook K’iin (“la cuenta de los días”). Durante el mes de enero, los agricultores toman nota de las condiciones del clima, de los tipos de insectos y aves, y observan su comportamiento, y según parámetros pasados de padres a hijos, pueden decidir si lloverá pronto, si el temporal será abundante y cuánto tiempo durará. Esto les permite decidir cuándo sembrar y qué tipo de semillas usar.

El 19 de febrero se realizó el taller de Xook K’iin de la región de Chacsinkín para 2020, donde representantes de 6 comunidades se reunieron para compartir sus observaciones, discutir las implicaciones y decidir sobre lo que harán en la región en el presente ciclo agrícola. En el proceso de discusión participaron hombres y mujeres, quienes en mesas de trabajo, llenaron la matriz de observaciones que luego fue presentada en la plenaria, en lengua Maya.

Como muchas reuniones de la región, el taller de Xook K’iin terminó con una ceremonia de agradecimiento a los ancestros por ayudarlos a tener observaciones acertadas y a tomar buenas decisiones.

El Proyecto IKI IBA, fue invitado este año a observar el Xook K’iin como parte de la colaboración que mantiene con los Guardianes de las Semillas del Sur de Yucatán, organización dedicada a conservar los valores culturales y de biodiversidad de la milpa maya en la región.

Con el objetivo de promover procesos internacionales de aprendizaje, el programa de Políticas Climáticas Verticalmente Integradas (VICLIM) México y Costa Rica, impulsaron un viaje de estudios para el intercambio de conocimiento, compartir experiencias y casos de éxito sobre acciones para combatir el cambio climático a nivel subnacional.

El encuentro se llevó a cabo en México, principalmente en Jalisco y la capital del país. Los temas que se abordaron fueron entorno a gobernanza multinivel, instrumentos y políticas locales para el cumplimiento de las respectivas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), así como financiamiento climático y acción climática a nivel local.

La delegación estaba principalmente compuesta por representantes del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), Unión Nacional de Gobiernos Locales (UNGL) y encargados de los temas de medio ambiente de los municipios de San Ramón, Santa Cruz, Pococí, Quepos, Osa, Oreamuno y Goicochea.

 

Créditos: GIZ Participantes de la Delegación Costa Rica y GIZ

 

El evento inició en Guadalajara, Jalisco, con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (SEMADET) del Estado. Donde el estado compartió su experiencia con el Fondo Estatal de Protección Ambiental de Jalisco (FEPAJ) así como con la transversalización de la acción climática. Durante esta sesión ambos países identificaron áreas de oportunidad en la homologación de información de manera vertical, actualización de esta, fortalecimiento y creación de alianzas entre actores, impulsar la vinculación transversal de la normatividad existente para sustentar los proyectos.

Durante el segundo día del viaje de estudios, el Instituto de Planeación y Gestión del Desarrollo del Área Metropolitana (IMEPLAN) de Guadalajara, presentó su modelo de gobernanza y el plan metropolitano de cambio climático. Así mismo, durante esta reunión se contó con la asistencia del proyecto de Tecnologías de la Información y Comunicación para la Adaptación al Cambio Climático  (TIC-A) con Arturo Cadena. Posteriormente, el intercambio continuó en Puerto Vallarta, principalmente con municipios de la Junta Intermunicipal de la Sierra Occidental y Costa (JISOC). Misma en la que se abordaron temas relacionados con política pública, adaptación, biodiversidad, agricultura, entre otros.

 

Créditos: GIZ  Mesa de discusión sobre Energía y Residuos, México y Costa Rica

 

En la tercera parte del evento, se capacitó a las y los asistentes en el uso de la Herramienta de Análisis Costo-Beneficio Social para Medidas ante el Cambio Climático. Posteriormente, en el cuarto día se llevó a cabo un intercambio de experiencias sobre ciudades y cambio climático con el programa de Protección del Clima en la Política Urbana de México (CiCClim). Donde las y los participantes resaltaron el rol de las ciudades para combatir el cambio climático y la importancia de la sensibilización de la población como parte de la acción climática.

En el cuarto día de este evento, se realizó una sesión de intercambio en la que ambos países expusieron casos de éxito sobre financiamiento en proyectos para la gestión integral de residuos sólidos. Finalmente, la visita de la delegación Costa Rica concluyó con un encuentro con la Dirección General de Políticas de Cambio Climático (DGPCC) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y el programa Alianza Mexicana-Alemana de Cambio Climático de la GIZ. Uno de los principales temas de ESTA sesión y posible área de colaboración entre ambos países fue el trabajo sobre los sistemas de Monitoreo, Reporte y Verificación (MRV) de aportaciones de los niveles subnacionales a las metas climáticas nacionales.

 

Créditos: GIZ Sesión de intercambio de experiencias México y Costa Rica

 

El evento tuvo lugar del 19 al 23 de agosto del presente año y fue impulsado principalmente por el proyecto global de Políticas Climáticas Verticalmente Integradas (VICLIM) de la Deutsche Gesellchaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH. Este programa es implementado en cinco países, Sudáfrica, Indonesia, Georgia, Costa Rica y México.

 

México y Alemania participan en webinar para presentar las experiencias sobre taxonomía de cambio climático en el marco de una estrategia de financiamiento sustentable.

 

Créditos: GIZ

 

El día 1 de agosto del 2019 el proyecto Agenda 2030 y Alianza México Alemana de Cambio Climático, facilitaron un diálogo entre la Unión Europea y las autoridades financieras mexicanas (SHCP, Banco de México) y brasileñas para el intercambio de experiencias en el desarrollo de un sistema financiero sostenible. Durante el evento se presentó la experiencia europea en la elaboración del Plan de Acción para el crecimiento financiero sostenible y el desarrollo de una taxonomía de instrumentos financieros verdes. Por su parte, las autoridades mexicanas compartieron la visión del sector público sobre la necesidad de coordinar los esfuerzos nacionales públicos y privados para el reverdecimiento del sistema financiero en México.

 

Créditos: GIZ