El proyecto CuencasVerdes ha incentivado procesos de adaptación a los efectos negativos del cambio climático en diferentes sitios, incluidos: el Parque Estatal Sierra de Guadalupe, Santa Isabel Chalma, Atlautla, Ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco en el Estado de México.

A través de estas intervenciones se han implementado medidas de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) que alientan la resiliencia forestal en sitios estratégicos de recarga de acuíferos y disminuyen la incidencia de incendios forestales, así como también se han desarrollado sistemas productivos que son adaptables al clima y se ha fortalecido la capacidad adaptativa para lograr la permanencia de las acciones a largo plazo.

Las acciones de AbE generan beneficios directos que se traducen en mayor superficie forestal con plantas nativas; la reducción de procesos de erosión hídrica y de suelo; la disminución de la tasa de incendios forestales; el aumento en el rendimiento de las cosechas; la creación de cadenas de valor resilientes al clima y la disminución del impacto de plagas en productos del campo.

Huertos familiares como empoderamiento de la mujer en el campo. CuencasVerdes, Pronatura México

Adicionalmente, es de gran relevancia mencionar también los beneficios indirectos, o co-beneficios que hacen de la AbE un enfoque integral de transformación territorial.

Un ejemplo de estos co-beneficios, bajo el método de intervención del proyecto, es que las comunidades y áreas naturales protegidas se han convertido en co-gestoras de CuencasVerdes. En todo momento y bajo procesos de participación plena y efectiva fueron las comunidades parte de la toma de decisiones informadas sobre los procesos que el proyecto llevaría en su territorio, desde la generación de los programas de adaptación, la elección de medidas AbE, su priorización e implementación y en este momento, su monitoreo y evaluación.

Al ser actores participes durante todo el proyecto, hemos encontrado que se han incentivado otras dinámicas que trascienden el proceso de adaptación y que abonan a la creación de comunidades sostenibles, por mencionar algunos ejemplos; dentro de las brigadas de conservación del bosque se han identificado procedimientos de rendición de cuentas, lo que facilita la transparencia en la ejecución de los recursos económicos y en especie en Atlautla.

Por otro lado, en sistemas productivos se han logrado identificar, valorar y socializar conocimientos tradicionales tales como la chinampería tradicional en Xochimilco. En Santa Isabel Chalma y bajo la implementación de huertos familiares se ha percibido un empoderamiento de mujeres cabezas de familia que ven en esta intervención un medio para también solventar necesidades nutricionales y económicas. Y finalmente, a través del diálogo político y buena voluntad de tomadores de decisión en Parque Estatal Sierra de Guadalupe se han incentivado procesos de gobernanza territorial para la adaptación.

Fomento a la chinampería tradicional en Xochimilco. CuencasVerdes, Pronatura México

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Retirar un muro de contención que detenía el oleaje y en su lugar restituir la vegetación nativa de la duna como una medida para contener la erosión costera, podría sonar hasta hace unos años como algo improbable de suceder.

Sin embargo, el Grupo Moon Palace en Quintana Roo ha entendido que el mejor aliado para reducir la vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático es la propia naturaleza.

Duna costera en restauración / © Moon Palace

Esta medida de adaptación basada en ecosistemas (AbE) inició en 2019 con el acompañamiento técnico del proyecto Adaptación al Cambio Climático Basada en Ecosistemas con el Sector Turismo (ADAPTUR) de la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable), The Nature Conservancy (TNC) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD Resiliencia).

A la fecha, el compromiso del grupo hotelero a través de la Dirección de Gestión Ambiental sigue vigente, pese a la crisis sanitaria y económica causada por la pandemia de COVID-19, logrando avanzar en:

  • El retiro de 280 metros lineales de muro de contención que separaba el área del hotel de la zona de playa.
  • La transformación de cinco mil metros cuadrados de jardines de pasto exótico a su estado natural: una duna costera con arena recuperada a partir de la remoción del sargazo y con especies nativas de plantas que dan estabilidad a la línea de costa.
  • La reforestación de 1.8 kilómetros de duna costera con especies variadas y estratificadas.
  • Constante monitoreo de la efectividad de las acciones e intercambio técnico con expertos.

Las plantas utilizadas no sólo están adaptadas al tipo de clima y suelo, sino que además evidencian que mantienen la playa estable, pues, en donde no están presentes, la erosión avanza reduciendo las áreas de uso recreativo.

Este marzo de 2022, el proyecto ADAPTUR coordinó una visita técnica a las instalaciones de Moon Palace y una sesión de intercambio de experiencias con otro importante grupo hotelero, quienes también han iniciado esfuerzos de restauración de duna costera en el caribe mexicano.

Visita técnica a Moon Palace Resort e intercambio de experiencias / © ADAPTUR

Este caso de éxito es un ejemplo de inspiración y demuestra que el sector privado puede mejorar su operación en el mercado y a la vez lograr la resiliencia climática de una región.

 

La Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica de la ONU inició el proceso para desarrollar un Marco Global para la Biodiversidad Post-2020, como otro paso para lograr la Visión 2050 de “Vivir en armonía con la Naturaleza”.

 

Este Marco Global y la Visión 2050, ahora deben de afrontar la nueva realidad en la que el COVID-19 nos ha colocado y es por ello que la Integración de la Biodiversidad (Mainstreaming) en los sectores productivos ha adquirido aun mayor relevancia para la CDB. Actualmente los conceptos y mensajes que se escuchan por todos lados sobre “Build Back Better” y “Green Recovery” entre otros, nos han puesto a pensar qué estamos haciendo en ese sentido dentro de nuestros proyectos.

 

En el caso del proyecto IKI IBA, identificamos varias acciones y rutas, que hemos venido promoviendo dentro de nuestros proyectos piloto como son: mantener y recuperar la capacidad de los suelos para producir alimento, a través de la agricultura de conservación, recuperando el porcentaje de materia orgánica, su capacidad de retención de agua y mayor fertilidad; al igual que la promoción de buenas prácticas en la selección, almacenamiento e intercambio de semillas y el manejo de plagas con metodos que no involucran agroquímicos, como lo es el caso de los murciélagos y la palomilla barrenadora del arroz. Todas estas son acciones permiten que los productores sean más resilientes, pues con un suelo sano, con su buena variedad y calidad de semillas, así como con los servicios de los ecosistemas aledaños a los cultivos, les permite tener una mejor economía en su producción, a la vez que una mayor calidad en sus productos.

 

Estos son los ejemplos que nos permiten tener un diálogo de confianza y trabajo junto a los colegas de SADER y que son clave para promover, que  la integración de la biodiversidad se vuelva un componente fundamental en los procesos de toma de decisiones y en el diseño de programas en este sector.

 

Siendo México un país megadiverso, multicultural y altamente vulnerable a los impactos del cambio climático, se integra el enfoque de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) a los instrumentos nacionales para seleccionar medidas de adaptación de alto impacto que aporten a la reducción de la vulnerabilidad y al cumplimiento de los Acuerdos de París.

En octubre del 2015 la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) con el apoyo de la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sostenible), a través del proyecto Alianza Mexicana-Alemana de Cambio Climático, presentaron la primera versión de la Metodología para la Priorización de Medidas de Adaptación frente al Cambio Climático.  Este documento considera la lista de criterios contemplados en la ENCC 10-20-40 e involucra la valoración económica de cada medida de adaptación contemplada. Desde entonces, ha servido como guía para la elaboración de Programas Estatales de Cambio Climático (PECCs) y los Programas de Adaptación al Cambio Climático (PACC) en Áreas Naturales Protegidas (ANP).

Tomando en cuenta la megadiversidad de México, tanto en climas como ecosistemas, en 2018 se presentó la Actualización de la Metodología para la priorización de Medidas de Adaptación, cuya particularidad fue la integración del enfoque de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE). Este enfoque atiende el potencial del país para reducir su vulnerabilidad y la de su población por medio de la gestión sustentable de los recursos, la restauración de los ecosistemas y la conservación de la biodiversidad.

 

 

Esta metodología contempla el proceso participativo en cada etapa, involucrando a todos los actores que se benefician de los servicios ecosistémicos. Lo anterior, además de servir como ejercicio de transparencia y gobernanza, evidencia el potencial que tiene la priorización de medidas AbE para ser replicada a nivel sectorial e incluso por parte del sector privado, en respuesta a las afectaciones que presenten sus actividades productivas como resultado del cambio climático.

Otras de las grandes ventajas de enfatizar el enfoque AbE en la selección de medidas de adaptación son la integración del conocimiento local y la contribución a la reducción de riesgo de desastres. Además, los proyectos AbE pueden resultar más costo-efectivos y accesibles en comparación con otras medidas grises de adaptación (construcción de infraestructura y/o ingeniería de obras); lo que a su vez propicia el acceso a portafolios de proyectos acreedores a algún tipo de financiamiento verde.