La Taxonomía es un marco de referencia (con criterios e indicadores) que permite clasificar, organizar y evaluar diversas subramas y actividades económicas de acuerdo con su contribución con los objetivos en materia de cambio climático y/o sustentabilidad del país. Es decir, una clasificación de qué es verde y qué no. El Marco de Reporteo es el mecanismo que acompaña a la taxonomía para incluir los elementos de sustentabilidad en la operación de un banco y, con ello, monitorear flujos de inversión y reportar resultados.

La Alianza Mexicana Alemana de Cambio Climático de la Deutsche Gesell­schaft für Internationale Zusammenarbeit  (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable) y la Asociación de Bancos de México (ABM) han impulsado el desarrollo de una metodología para la taxonomía de finanzas verdes y un marco de reporteo para la banca mexicana a través del proyecto “Diseño y pilotaje de un marco de reporteo para financiamiento verde en la banca comercial en México”.

El inicio del proyecto consistió en considerar las experiencias existentes. Por un lado, las internacionales, para entender las mejores prácticas; y por otro lado, las nacionales, para asimilar las necesidades y capacidades locales. Al referirnos a las principales iniciativas internacionales, como son las taxonomías de China, la Unión Europea, y Climate Bonds Initiative, también se buscó entender su metodología para armonizar el desarrollo de este proyecto, con miras a poder ser parte de un sistema de taxonomías mundiales que le den certidumbre al inversionista.

 

Créditos: Shutterstock. Para el desarrollo de una taxonomía para la banca mexicana, es necesario considerar las experiencias nacionales e internacionales.

 

Iniciativas internacionales

China 

En el año 2012, China fue el pionero en el desarrollo de un sistema financiero verde al estandarizar una serie de políticas, arreglos institucionales y regulaciones para dirigir los fondos privados hacia la industria verde. Los entes reguladores del país diseñaron dos taxonomías: créditos (2013) y bonos verdes (2015). Ambas taxonomías son de aplicación obligatoria, tienen el objetivo de construir un sistema financiero verde integral y orientan la asignación de recursos principalmente a proyectos de reducción de emisiones, prevención de la contaminación y ahorro de energía.

Unión Europea

En 2018, a partir de la publicación del Plan de Acción sobre Finanzas Sostenibles de la Unión Europea, se elaboró el informe técnico de la Taxonomía de Finanzas Sostenibles, publicándose en marzo de 2020.

Consiste en un marco metodológico a partir del cual se obtienen unos Criterios de Evaluación Técnica que definen el nivel en el que los sectores y actividades económicas tienen sustentabilidad ambiental. Estos criterios fueron elaborados para más de 70 actividades que contribuyen al cumplimiento de los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático. La Unión Europea tiene seis objetivos ambientales que deben cumplirse y los proyectos que sean financiados, para obtener la etiqueta de “verde”, deben procurar no hacer “daño significativo” a ninguno de ellos durante su ciclo de vida.

Esta taxonomía fue diseñada para ser utilizada tanto por los Estados miembro de la Unión Europea como por los participantes del mercado financiero que ofrecen productos etiquetados como “financiamientos o inversiones sostenibles”, en este sentido es de utilidad para diversos instrumentos financieros. Por su complejidad, alcance, legitimidad ante los reguladores financieros, transparencia y alineamiento con la ciencia, se considera como el punto de referencia mundial.

Climate Bonds Initiative (CBI)

Su taxonomía tiene por objetivo orientar a los emisores e inversores de bonos verdes y climáticos; desarrollada desde 2013 y actualizada regularmente basándose en la ciencia, el surgimiento de nuevas tecnologías y en los estándares de CBI. Es un referente para gobiernos y reguladores interesados en garantizar la integridad verde de los nuevos productos financieros.

 

Experiencias mexicanas

El sistema financiero mexicano aún no cuenta con una taxonomía de financiamiento verde; sin embargo, existen diversas iniciativas para un marco de desarrollo de las finanzas verdes que posicionan al país a la vanguardia en América Latina en la materia.

  • Protocolo de Sustentabilidad de la Banca (2016). Impulsado por la ABM con el objetivo de participar en la transición de la economía mexicana hacia una economía competitiva de bajas emisiones de carbono. Actualmente tiene 26 instituciones adherentes.
  • Consejo Consultivo de Finanzas Verdes (2016). Foro de intercambio de experiencias y de generación de propuestas del sistema financiero para avanzar la agenda de finanzas verdes.
  • Primera propuesta de un marco de reporteo de financiamiento climático para la banca comercial (Proyecto interno ABM-GIZ, 2017). Proyecto germinal del actual sobre un marco de medición, reporteo y verificación de los flujos financieros climáticos en la banca comercial.
  • Metodología para la evaluación del impacto en Adaptación y Mitigación del Cambio Climático (SHCP-SEMARNAT, 2019). Su objetivo es orientar el análisis del financiamiento público, integrando criterios, definiciones e indicadores que permitan vincular e identificar la aportación del Gobierno Federal al cumplimiento de los compromisos y objetivos de México en materia de Cambio Climático.
  • Metodología de FIRA para el Primer Bono Verde en Agricultura (2019). Metodología para certificar el primer bono verde mexicano en agricultura e identificar inversiones verdes que faciliten la transformación de la producción de ciertos cultivos de producción en campo abierto hacia una bajo el sistema de la agricultura protegida.
  • Financiamiento y certificación de infraestructura ambiental a través del Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN). Más de 250 proyectos de infraestructura ambiental certificados y financiados en la región fronteriza México – Estados Unidos.

 

Mejores prácticas bancarias

Adicionalmente, se identificó que cinco bancos comerciales con operaciones en México                                   −representando el 69% de los activos totales de la banca­­­­− cuentan con una estrategia de sustentabilidad; cuatro de ellos contemplan una meta financiamiento verde y su metodología de identificación. Sectores de interés: energías limpias, eficiencia energética, edificios verdes, transporte limpio o sostenible y tecnología limpia.

 

Conclusiones

La revisión del contexto para el desarrollo de las finanzas verdes, así como las mejores prácticas nacionales e internacionales en su reporteo han permitido entender que un sistema taxonómico mexicano requiere de tres elementos:

  1. Armonización con las mejores prácticas internacionales: la certidumbre para los inversionistas en búsqueda de oportunidades en activos verdes, debe ser apoyada por la comparabilidad de los sistemas taxonómicos. No requieren ser iguales, pero si armonizados con metodologías comparables.
  2. Atender la realidad de la economía y los ecosistemas mexicanos, así como las capacidades concretas de las instituciones financieras. Al adecuarse a realidades diferentes, las taxonomías podrán tener un enfoque y desarrollo diferente, pero manteniendo su comparabilidad. Para ello, la transparencia en el proceso de generación de los Criterios de Evaluación Técnica es fundamental.
  3. Enmarcar el sistema taxonómico de finanzas verdes dentro de las iniciativas ya existentes. Este sistema debe aprovechar las iniciativas que cuentan con credibilidad, legitimidad y dinamismo. No crear estructuras paralelas que son ineficientes e innecesarias. Este punto se refiere no sólo a los mercados financieros, sino a la economía en su conjunto.

 

Para el 2030, tanto la población como los turistas aumentarán en San Miguel de Allende (Guanajuato), por lo cual se estima que incrementará al menos un 25% los costos de provisión de agua con respecto a la actualidad.

Sin embargo, la pregunta es ¿habrá suficiente agua potable para satisfacer las necesidades básicas? Según los estudios de Conagua, actualmente los acuíferos que proveen agua a esta ciudad patrimonio de la humanidad se encuentran sobreexplotados. En un futuro cercano, los escenarios de cambio climático estiman una disminución de lluvias en gran parte del año, lo cual podría afectar hasta un 14% de la recarga del acuífero.

Esto señala que, en un escenario tendencial, llegará un Día Cero como sucedió en Cape Town (Sudáfrica). En ese momento, la recarga del acuífero será menor de lo que se extrae y no habrá agua suficiente para la población, por que se deberá actuar de manera extrema.

 

 

Para evitarlo, el gobierno municipal de San Miguel de Allende ha puesto en marcha el Programa de Atención al Cambio Climático desde el mes pasado, arrancando en los ejidos Doña Juana y San Agustín Gonzalez,. Ellos han sido los primeros en iniciar la restauración de bosques y suelos en 83 hectáreas de semidesierto, mediante la reforestación de 19 mil plantas nativas y la formación de represas hechas a mano con piedras y mallas.

Asimismo, los ejidatarios de El Salitre y Los Torres han comenzado los preparativos para la rehabilitación de suelos en 550 hectáreas, como parte del convenio de Pago por Servicios Ambientales firmado entre el gobierno municipal, los ejidos beneficiarios y la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

El objetivo de estas medidas de adaptación basadas en ecosistemas es reducir el riesgo de escasez de agua y erosión de suelos en el municipio y, de manera inmediata, generar empleos temporales para los pobladores sanmiguelenses, ante la crisis provocada por la COVID-19.

El programa es encabezado por el gobierno municipal de San Miguel de Allende con financiamiento y cooperación de diversos actores, entre ellos un desarrollador del sector inmobiliario-turístico, representantes ejidales de San Agustín Gonzalez, Doña Juana, Los Torres y El Salitre, la Conafor, y la asesoría técnica de la Deutsche Gesell­schaft für Internationale Zusammenarbeit  (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable), así como de las organizaciones de la sociedad civil Salvemos al río Laja, GAIA, Cuerpos de Conservación de Guanajuato y, Vía Orgánica.

Sabiendo que los múltiples desafíos de las ciudades ya no pueden verse de manera aislada ni atenderse desde una perspectiva sectorial y que, para solventar las desigualdades y las múltiples dimensiones del rezago social, es necesario incluir temas como:

  • el derecho a la ciudad
  • el derecho a un medio ambiente sano
  • la perspectiva de género
  • e implementar acciones que promuevan una mayor resiliencia ante la emergencia climática y sanitaria

Se requiere de una fuerte coordinación entre distintos sectores y órdenes de gobierno para concretar acciones en torno a temas estratégicos para un desarrollo sustentable en las ciudades.

Es en este contexto y conociendo que México cuenta con metas a nivel nacional sobre reducción de emisiones de gases efecto invernadero y reducción de vulnerabilidad, es que hace total sentido, la unión de esfuerzos entre instituciones para el logro de objetivos comunes.

Por lo anterior, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la Secretaría de Desarrollo Urbano y Territorial (SEDATU) y la Asociación Mexicana de Institutos Municipales de Planeación (AMIMP) con apoyo de los proyectos Protección del Clima en la Política Urbana de México (CiClim), la Alianza Mexicana – Alemana de Cambio Climático y el Proyecto Climate Policy Meets Urban Development, que forman parte de la Iniciativa Internacional de Protección del Clima (IKI) del Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMU) de Alemania, han identificado los retos y las soluciones que algunas ciudades mexicanas están dando a los temas de cambio climático.

Desde junio de 2020 y hasta febrero de 2020, estas instituciones se encuentran abriendo espacios de intercambio para la realización de seminarios virtuales y Grupos de Apoyo para la Acción Climática en modalidad digital (GAAD entre diversos sectores de los diferentes ordenes de gobiernos en México, América Latina y Alemania.

El calendario de actividades lo encuentras en https://bit.ly/3hO6yPA

En este espacio encontrarás los resultados de cada una de las 12 intervenciones programadas, de manera que contaremos con un reservorio de aprendizaje e información de los distintos temas tratados: infraestructura verde, movilidad sustentable, densificación, cinturones verdes y otros más.

Seminario virtual 1: 17 junio 2020, Sistema Integrador de Aspectos Sociales y Ambientales en la Planificación Urbana + Buenas Prácticas de Movilidad.

Grupo de Apoyo para la Acción Climática (GADD 1): 10 junio 2020, Infraestructura Verde.

Seminario virtual 2: 16 julio 2020, Calles Incluyentes en México y Movilidad 4S.

Seminario virtual 3: 18 agosto 2020, Infraestructura Verde ¿es lo mismo en el Norte que en el Sur?

Grupo de Apoyo a la Acción Digital (GAAD 2): 20 agosto 2020, Movilidad Urbana Sostenible “Plan de Movilidad 4S”

Seminario virtual 4: 17 septiembre, 2020, Cambio Climático en la Planeación del Desarrollo Urbano.

Seminario virtual 5: 13 de octubre 2020, Densificación en la Planificación Urbana.

Grupo de Apoyo a la Acción Digital (GAAD 3): 15 octubre 2020, Densificación.

Seminario virtual 6: 17 de noviembre 2020, Huertos urbanos y de traspatio, su relación con el cambio climático

Grupo de Apoyo a la Acción Digital (GAAD 4): Áreas Naturales Protegidas Urbanas y Periurbanas

Seminario web: 3 de diciembre 2020, Rumbo a Ciudades Cero Emisiones

Seminario virtual 7: 19 de enero 2021, Cinturones Verdes.

Seminario virtual 8: 16 de febrero 2021, Las organizaciones de la sociedad civil y el cambio climático.

Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y esta cifra va en aumento a más de dos terceras partes para 2030. Las ciudades son responsables de aproximadamente el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

El cambio climático requiere de la implementación de acciones desde lo local, ya que los acuerdos globales no son suficientes en esta lucha. En este sentido, lograr transversalizar el cambio climático y la planeación urbana fomentará la transición de ciudades neutras y adaptadas a los impactos climáticos, además de contribuir al cumplimiento del Acuerdo de París y la Agenda 2030.

Por estas razones, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la Asociación Mexicana de Institutos Municipales de Planeación (AMIMP), con el apoyo de la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sostenible) a través del proyecto Alianza Mexicana – Alemana de Cambio Climático, lanzaron una encuesta virtual del 20 de abril al 29 de mayo de 2020.

 

Créditos: GIZ. Presentación de resultados encuesta “El Cambio Climático y su impacto en la Planeación Municipal“

 

Los resultados de la encuesta “El Cambio Climático y su impacto en la Planeación Municipal” fueron presentados el 8 de junio del 2020. Esta encuesta permitió recopilar información de 35 Institutos Municipales de Planeación (IMPLANES) ubicados en distintas partes del país, logrando tener una visión completa de todo el territorio. Los principales riesgos climáticos detectados en las áreas de incidencia son:

 

 

Por otro lado, se lograron identificar 95 proyectos que se encuentran en distintas etapas de implementación en el sector urbano – rural, siendo los temas principales de abordaje los siguientes:

 

Resulta relevante señalar que a pesar de las barreras a las que se ven enfrentados los Implanes (por ejemplo, la falta de presupuesto y el cambio de las prioridades en la administración), han logrado avanzar poco a poco en la implementación de sus proyectos con impactos positivos en aspectos ambientales, económicos y sociales.

 

Créditos: GIZ. Proyectos desarrollados por los IMPLANES y sus etapas.

 

Por último, han detectado que sus iniciativas aportan al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente al ODS 11 Ciudades y Comunidades Sostenibles, 13 Acción por el Clima y 3 Bienestar y Salud.

El siguiente paso es el mapeo y trabajo con distintos actores que permitan lograr una articulación entre los gobiernos subnacionales mediante el intercambio de experiencias. Para ello, se están realizando webinarios por mes y Grupos de Apoyo para la Acción Climática en modalidad Digital (GAAD) de manera bimestral desde junio hasta febrero 2021.

¡Te invitamos a descargar la presentación y la reseña del webinar para conocer a detalle los resultados!

La crisis consecuencia de la propagación de COVID-19 implica un desafío a escala planetaria. Las proyecciones económicas ya indican un retroceso en las distintas regiones del mundo, con especial vulnerabilidad para América Latina.

En este contexto adverso, se están abriendo diferentes espacios de diálogo y debate para generar acuerdos que puedan encausar la recuperación económica y social hacia un camino de sustentabilidad.

A fin de propiciar estos ámbitos de intercambio, la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable) acompañó a WRI México en la iniciativa “Revolución Sostenible: diálogos para la recuperación, la resiliencia y la equidad “. Asimismo, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Iniciativa Climática de México (ICM), y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) acompañan como aliados. Cada semana, entre el 9 de junio y el 15 de julio, la iniciativa tiene un enfoque temático diferente (ciudades, movilidad, bosques, energía y financiamiento verde) y ofrece un espacio para el intercambio a través de paneles de alto nivel, mesas multiactor y webinars.

 

Créditos: WRI México. Cronograma de sesiones de la iniciativa “Revolución Sostenible: diálogos para la recuperación, la resiliencia y la equidad “.

 

En el evento de inauguración, el 9 de junio, la directora ejecutiva de WRI, Adriana Lobo, adelantó que al finalizar los espacios de trabajos se realizará la publicación de una hoja de ruta con soluciones inclusivas para todos los sectores de la sociedad.

“El objetivo de esta iniciativa es activar el diálogo multisectorial para la identificación de temas prioritarios y posibles líneas de solución consensuadas, a través de una oferta digital de paneles de alto nivel, conversatorios y mesas sectoriales, que nos permitan posicionar e impulsar procesos que nos lleven a transitar a economías cuidadosas del medio ambiente, resilientes y equitativas” – Adriana Lobo, directora ejecutiva de WWF.

Desde la GIZ México, se enfatizó la importancia de la crisis climática y la necesidad de aunar esfuerzos para compatibilizar la agenda económica con la medioambiental. Además, se anticipó cuáles serán las áreas de colaboración: ciudades resilientes, movilidad, energía, biodiversidad, financiamiento verde y colaboración con gobiernos subnacionales.

“Desde la Cooperación Alemana queremos aportar en estos temas y también estamos muy dispuestos a escuchar y aprender de los aliados, así como de los participantes. Es importante llegar a un resumen que pueda guiar la recuperación verde en México” – Dennis Quennet, director de programas Ciudades, Transporte e Industria de GIZ.

Durante el primer panel de alto nivel realizado tras la inauguración, se reflexionó entorno al reto global que implica la actual crisis económica, social y ambiental. Desde la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, Martha Delgado Peralta, subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, destacó la importancia de vincular cuestiones de género con el tema de medioambiente y de poner en foco el bienestar de comunidades en una recuperación de la crisis.

Por su parte, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, resaltó cómo la crisis provocada por la COVID-19 visibilizó una serie de problemas estructurales del modelo económico que se encuentra vigente en América Latina en la actualidad. “Hay que priorizar sectores de gran impulso para la sostenibilidad: energías limpias, desarrollo de los nexos entre agua/suelos/biodiversidad, conectividad digital y movilidad pública eléctrica, infraestructura sanitaria y de movilidad y economía del cuidado”, afirmó.

 

Créditos: WRI México/CEPAL. Problemas estructurales en América Latina.

 

El segundo panel de alto nivel de la jornada se enfocó en los retos específicos que enfrenta América Latina en este contexto. Dentro de este marco, Iván González Márquez, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México (SEMARNART), subrayó la necesidad de abordar la crisis climática con medidas concretas. En este sentido, explicó que desde la dependencia se plantea un modelo de transición holística que involucra no solo al gobierno, sino también a sectores de la sociedad civil e incluye siete transiciones ambientales: forestal, agroecológica y pesquera, hídrica, energética, biocultural, urbano-industrial, educativa y ciudadana, justicia y gobernanza ambiental.

Al finalizar cada uno de los paneles, se abrió la oportunidad para preguntas del público y se incentivó la participación ciudadana. Para revisar la agenda de las próximas semanas, se puede consultar la página web oficial de WRI México. El próximo evento virtual tendrá lugar el 15 de junio en el marco de la semana de las ciudades y trata del tema “La desigualdad urbana y la calidad del aire en tiempos de la pandemia: los retos sociales y económicos que emergen”.

En la actual crisis sanitaria que atravesamos, el tema ambiental cobra importancia y merece ubicarse en el centro de la discusión sobre salud pública. De hecho, diversos institutos de investigación en Ciencias Naturales apuntan a que esta crisis tuvo su origen en la interrupción del delicado equilibrio ambiental. Factores como la destrucción del hábitat, la captura, el tráfico y el consumo de fauna silvestre han representado condiciones propicias para que el virus SAR-CoV-2 se volviera contagioso para los humanos. Motivo por el que hoy, más que nunca, es crucial la protección de los recursos naturales y el medio ambiente.

Por esto, es importante preguntarnos: ¿qué va a ocurrir después de la pandemia?, ¿cuál será nuestro rol en este regreso a una “nueva normalidad” ?, ¿cuáles son las alternativas que tenemos?, ¿cómo identificar estas medidas o soluciones? ¿qué actores se deben sumar?, ¿qué estrategias de comunicación a nivel territorial se deben promover?

Debemos tomar consciencia que la causa principal de la propagación de esta enfermedad es la mala relación que los seres humanos hemos tenido con el medio ambiente. Por ello, es necesaria una nueva relación, más armónica, entre sociedad y naturaleza y ésta será la única vía que nos va a llevar a evitar situaciones semejantes. No solo los problemas sanitarios asociados, como la irrupción de nuevas epidemias y su escalamiento hacia pandemias, sino otros fenómenos que se han documentado con evidencia científica como la pérdida de la biodiversidad, el cambio climático, la pérdida del agua, la reducción de la cobertura vegetal y la erosión de los suelos, nos pueden llevar a situaciones críticas para la humanidad.

 

Créditos: Shutterstock. El incremento de los animales domesticados para consumo humano tiene gran impacto en los ecosistemas.

 

Una de las causas de mayor relevancia es el cambio en el uso del suelo, explicado por el aumento de las actividades extractivas y productivas, la deforestación y la expansión de las áreas urbanas. Otro factor relevante es el aumento en la proporción de fauna domesticada (por ejemplo, ganado vacuno, bovino, porcino y aves de corral) en los siglos recientes como alimento para consumo humano en comparación con el detrimento en la proporción de fauna silvestre. En consecuencia, esta combinación de elementos ha hecho que se expanda el universo de patógenos asociados a la fauna domesticada, específicamente virus, bacterias, hongos, parásitos, priones o proteínas mal plegadas. Por si mismos, estos patógenos cumplen una función y los ecosistemas, tanto terrestres como marinos, dependen de su actividad. Por ejemplo, las plantas y animales liberan residuos al suelo (carbono, nitrógeno y sulfato, entre otros) que, al degradarse, son utilizados por las bacterias como alimentos. Por esto es importante que las actividades antropogénicas y los distintos sectores que intervienen en el territorio tomen consciencia de esto y se haga de forma responsable asegurando el mantenimiento del equilibrio natural.

Por estas razones, las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC) presentadas en 2015 por el Gobierno de México, y ahora en 2020 sometidas a un proceso de revisión y actualización, deberán identificar acciones concretas, oportunidades y necesidades tomando en consideración el valor de los recursos naturales, los ecosistemas y sus servicios a la salud humana y planetaria que faciliten los medios para su implementación a diferentes escalas en el territorio.

Durante el año 2019, se identificaron las áreas de mejora en la evaluación socioeconómica de proyectos de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), en particular las metodologías realizadas por el Centro de Estudios para la Preparación y Evaluación Socioeconómica de Proyectos (CEPEP), el Programa de Financiamiento de Infraestructura Baja en Carbono en las Ciudades (FELICITY) de la Deutsche Gesell­schaft für Internationale Zusammenarbeit  (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sostenible) con apoyo de la consultoría PIAPPEM. Dichas metodologías ayudarán a los municipios en la toma de decisiones para la realización de proyectos.

 

Créditos: Felicity. propia. Banner del Evento

 

En el mes de noviembre, CEPEP y FELICITY coorganizaron espacios de intercambio de experiencias ampliamente enriquecedor para todos los participantes ya que existió un ambiente de diálogo y de experiencias compartidas para fortalecer las capacidades del sector.

 

Créditos: Itzel Alcerreca. Intervenciones del Titular de la Unidad de Inversiones de la SHCP, Jorge Nuño Lara (izquierda) y de Helge Arends, Director de Programa Agenda 2030 de la GIZ (derecha).

 

El 19 de noviembre se realizó el primer Encuentro Técnico sobre preparación y evaluación de proyectos; evento que fue coorganizado por el CEPEP y FELICITY. Durante el evento, se tuvo una participación del Jorge Nuño Lara, Titular de la Unidad de Inversiones de la SHCP y Helge Arends de Director de Programa Agenda 2030 de la GIZ.

Dentro de las ponencias destacaron temas como:

  • Estrategias nacionales de financiamiento, ejemplos de casos subnacionales así como los retos y los volúmenes de apoyos no recuperables que el PRORESOL puede aportar a proyectos de infraestructura de Gestión Integral de RSU; dado por Carlos Puente; Director de Energía, Medio Ambiente y Agua del FONADIN
  • Ponencias Internacionales; Chile representado por Eduardo Contreras, especialista en la evaluación de proyectos de la Universidad de Chile, el cual resaltó el valor del análisis multicriterio como una herramienta para localizar y evaluar los costos y el representante de Costa Rica, William Maroto el cual nos presentó casos de éxito de proyectos de Gestión Integral de RSU en el Municipio de Oreamuno, Costa Rica.

 

Créditos: Itzel Alcerreca. Compartiendo Experiencias a nivel subnacional en México (arriba) y Costa Rica (abajo).

 

Se contó con una asistencia de 70 personas con una participación de 40% de mujeres. Los asistentes provenían de distintos sectores: financiero, técnico y promotores de proyectos, con experiencia nacional e internacional de preparación, gestión y evaluación de proyectos.

 

Créditos: Felicity. Distribución de colaboración de los participantes en el evento.

 

En el marco de la sensibilización de la gestión de RSU, el 20 de noviembre se realizó un intercambio breve entre personal interno de SHCP para identificar los mayores retos y áreas de mejora en la preparación de proyectos.

 

Créditos: Itzel Alcerreca. Compartiendo retos y áreas de mejora con distintas áreas de SHCP

 

La información del evento se puede encontrar aquí  y las presentaciones están disponibles en el siguiente enlace.