México tiene grandes metas climáticas conforme al Acuerdo de París. Algunas incluyen la generación eléctrica con energías limpias: 25% al 2018, 30% al año 2021 y 35% al año 2024. De igual manera, se espera reducir los gases de efecto invernadero (GEI) un 30% para el año 2021 y 50% para el 2050. Para lograr estas metas, se tienen que tomar diversas medidas, tales como reducir el uso de fuentes de energía intensivas en carbono, aumentar fuentes de energía limpia y disminuir el consumo energético en diversos sectores tal como la vivienda.

El Mtro. Leonardo Beltrán Rodríguez de la Secretaría de Energía (SENER) habló sobre la importancia de fortalecer la política nacional de cambio climático. Dijo que para lograr esto, se promovió la Ley General de Cambio Climático que se busca aumentar la generación de energías limpias hasta alcanzar el 50% de producción de energía; además se reducirá la intensidad de consumo final de energía a una tasa promedio anual de 2.9% entre los años 2016 y 2050. En otras palabras, el consumo energético deberá de ser más eficiente y la producción más limpia.

Esta producción se podría lograr reemplazando el carbón por gas natural o generando energía por medio de energía solar. En cuanto a energía solar, se requiere una inversión inicial más alta que el gas natural, sin embargo, es una fuente de energía segura. México es de los países que más luz solar recibe al año, lo que brinda seguridad energética y blinda contra volatilidad y cambios de precio de insumos como gasolina y gas natural. De acuerdo con el portal Bloomberg, sería posible atraer inversión extranjera debido a que México es un país atractivo para energía solar.

 

Prospectiva y metas a mediano y largo plazo. Foto: © Mtro. Santiago Creuheras Díaz, SENER

 

El Lic. Oliver Flores Parra de la SENER habló sobre las implicaciones de la transición energética en el sector eléctrico. Es necesaria la diversificación energética para la prevención de riesgos por la volatilidad de los precios, tener seguridad energética y reducir las emisiones contaminantes; las energías limpias constituyen la mejor herramienta para la mitigación del cambio climático. La reforma energética en materia de electricidad fomenta la reducción de emisiones de GEI ya que hay mayores oportunidades de inversiones sustentables siendo México uno de los mercados emergentes más atractivo. Por lo tanto, se espera que la generación de electricidad sea menos intensiva en fuentes fósiles al incorporar más energías limpias.

 

La Mtra. Silva de Anzorena, Exdirectora de la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI), dijo que una de las maneras más efectivas de lograr un consumo energético más eficiente es a través del desarrollo de la vivienda sustentable. Dos de los programas que impulsan la vivienda sustentable son EcoCasa e Hipoteca Verde. México es el primer país en desarrollar una política de sustentabilidad con un enfoque de vivienda social, actualmente hay más de 60,000 viviendas de este tipo, con un potencial de reducción de 37,200 toneladas de dióxido de carbono al año. Esto debido al uso de materiales sostenibles y ahorros de energía de hasta del 40% en electricidad y gas en climas semifríos y cálidos.

 

Este seminario tomó en cuenta las posturas del sector eléctrico, vivienda, transporte y financiero. En conclusión, si México quiere lograr sus metas fijadas en el Acuerdo de París tendrá que tener una red energética más eficiente y más limpia. Los ejemplos mencionados anteriormente, son solo algunas de las muchas opciones, tanto de política como de inversión, que México tendrá que llevar a cabo si desea un futuro energético limpio y seguro.

 

Esta conferencia fue organizada por el Centro ITAM de Energía y Recursos Naturales y la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable).

 

El Centro ITAM de Energía y Recursos Naturales y la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable) organizaron un foro para la discusión de la importancia de fijar un precio a las emisiones de carbono debido al cambio climático. El objetivo fue revisar el contexto actual de la fijación de precios a las emisiones de carbono, tanto a nivel nacional como internacional. Se buscó facilitar la discusión informada que contribuya a que México tome las mejores decisiones en torno a este instrumento de política pública.

 

La Dra. María Amparo Martínez del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) comentó que poner un precio a cada tonelada de dióxido de carbono liberado a la atmósfera refleja su costo para el medio ambiente y promueve la búsqueda de las formas más baratas de hacer frente al cambio climático. Para ella, los precios a las emisiones de carbono ayudan a reducir las emisiones globales mientras que dan a las empresas la flexibilidad de encontrar sus propias soluciones más eficientes.

 

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) define al costo social del carbono como una estimación de los daños económicos causados por una tonelada de emisiones de CO2 en un año determinado. Con base en estudios realizados en 2013, la media del costo social del carbono fue de 31 euros por tonelada de dióxido de carbono. México contribuye con el 1.4% de las emisiones globales de CO2 derivadas de la quema de combustibles fósiles. En el 2013, parte de la iniciativa de la Reforma Fiscal enviada al Congreso consideraba un monto fijo por cada tonelada de CO2 que el combustible fósil emitiera.

 

De acuerdo con el Dr. Carlos Muñoz de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), los impuestos ambientales generan fiabilidad en los costos de las empresas. La recaudación es sencilla si se cuenta con un sistema fiscal eficiente y puede tener una aplicación general. Por otro lado, con el enfoque de cantidades (cap-and-trade) se genera certidumbre en resultados, pero en costos no; con dicho enfoque se necesita desarrollar mercados ágiles y profundos. Por último, un gran reto del enfoque de cantidades es acerca de cómo asignar las cuotas iniciales. De acuerdo con la experiencia internacional, en la práctica, para México serían útiles los impuestos ambientales pues se ha demostrado que es una opción atractiva para las economías emergentes.

 

La Dra. Alejandra Elizondo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), comentó que la importancia de contar con un precio al carbono es que éste genera un incentivo para desistir de actividades contaminantes. Para ella, es necesario contar con instrumentos económicos para conducir la inversión privada hacia las opciones bajas en carbono. El Ing. José Ramón Ardavín de la Comisión de Estudios del Sector Privado para el Desarrollo Sustentable (CESPEDES), representando el punto de vista del sector privado, comentó que la generación de electricidad es la acción principal para cumplir con los compromisos internacionales de reducción de emisiones; destacó que México podría establecer un mercado formal en tiempo récord si establece una coalición entre las principales cámaras sectoriales, científicos, académicos y autoridades.

 

En el seminario se escucharon las opiniones del sector público, privado y la academia. Estos actores coinciden en la necesidad de contar con un sistema de precios al carbono en México para internalizar las externalidades negativas por las emisiones de carbono y, al mismo tiempo, cumplir con las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) de México.

 

Este semianrio fue organizada por el Centro ITAM de Energía y Recursos Naturales y la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable).