Los compromisos asumidos por México al firmar el Acuerdo de París implican beneficios que van más allá de la mitigación y la adaptación al cambio climático. Los objetivos de la agenda de desarrollo sostenible y de la agenda climática sólo pueden alcanzarse integrando su implementación a nivel nacional.
En el año 2015, México se comprometió con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), al mismo tiempo que presentó sus metas climáticas como parte de la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC).
Aunque se trata de agendas separadas, ambas se complementan y favorecen al cumplimiento de cada una. México estableció la NDC en 2015 con medidas de mitigación de gases de efecto invernadero y carbono negro, y la adaptación a los efectos del cambio climático. Estas acciones también generan beneficios sociales, económicos y ambientales que poseen impactos positivos en otros ejes dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es decir, las acciones establecidas en la NDC tienen un margen de acción tan amplio que pueden generar cambios positivos en otras áreas de desarrollo económico, social y/o ambiental.
Para identificar los cobeneficios de la NDC para el cumplimiento de la Agenda 2030, los proyectos Iniciativa Agenda 2030 (BMZ) y la Alianza Mexicana-Alemana de Cambio Climático de la GIZ desarrollaron un estudio que resalta las oportunidades que ofrece una implementación integrada de ambas agendas. En este marco, y en colaboración con el proyecto de Políticas Climáticas Verticalmente Integradas (VICLIM), se publicó el siguiente video sobre los cobeneficios entre ambas agendas y el rol de gobiernos subnacionales.