Como los países signatarios del Acuerdo de París están en el proceso de revisar sus Compromisos Nacionalmente Determinados (NDC) para 2020, los expertos en clima y las organizaciones de la sociedad civil les están pidiendo a los países que adopten objetivos más ambiciosos de mitigación. ¿Cómo pueden los países elevar su ambición climática y al mismo tiempo asegurar que los compromisos nacionales consagrados en las revisiones de los NDC sean coherentes con los objetivos del Acuerdo de París? El concepto de “presupuesto de carbono”, que gana importancia en la agenda climática mundial, podría presentar algunas respuestas a este desafío.
Un presupuesto de carbono es una cantidad determinada de emisiones de GEI que pueden emitirse globalmente para garantizar que el aumento en la temperatura promedio de la Tierra se mantenga dentro de un cierto rango. El presupuesto global de carbono se puede distribuir entre países y sectores y ayuda a definir objetivos de mitigación más ambiciosos compatibles con los objetivos globales.
El proyecto de la IKI “Convergencia de la Política Energética y de Cambio Climático en México” (CONECC), recientemente apoyó a la ONG Iniciativa Climática de México (ICM) en la estimación de un presupuesto de carbono para México y su sector energético. CONECC tiene como objetivo construir puentes entre la política energética y del cambio climático para fortalecer la contribución sectorial a los NDC. La metodología de la ICM dio como resultado un presupuesto de carbono para México de 22.2 GtCO2e entre 2019 y 2100, lo cual sugiere que, si México sigue emitiendo al ritmo actual, usará la totalidad de su presupuesto de carbono para 2040. Reduciendo este valor en función de las emisiones sectoriales históricas, el estudio calculó un presupuesto de carbono de 1.31 GtCO2e para el sector energético para 2030, equivalente a un límite de emisiones sectoriales para 2030 de 101.03 MtCO2e, un objetivo significativamente más ambicioso que los 139 MtCO2e establecidos en el NDC.
Para discutir estos resultados y recopilar comentarios de los actores de la sociedad civil, ICM y CONECC organizaron un taller en la Ciudad de México el 16 de mayo. Después de una serie de presentaciones sobre los resultados del estudio, la discusión giró en torno a los siguientes temas:
- Asignación de país: ¿Debería dividirse el presupuesto de carbono en función de las emisiones históricas de cada país, o hay una mejor manera de dar cuenta de los problemas de equidad social y distribución de la carga?
- Distribución sectorial: de manera similar, ¿deberían asignarse los presupuestos sectoriales en función de las emisiones históricas de cada sector, o más bien considerar las diferencias significativas entre el potencial de mitigación de los sectores?
- Implementación: ¿Cómo promover el concepto de presupuesto de carbono ante los tomadores de decisiones mexicanos e integrarlo en la revisión de los NDC y el marco regulatorio existente? La construcción de capacidades técnicas dentro del sector, el cambio de la percepción de un desarrollo económico que depende de los combustibles fósiles y la promoción de los “beneficios colaterales” derivados de una metodología de presupuesto de carbono, se identificaron como factores clave de éxito.
Los próximos pasos incluirán refinar la metodología, realizar un análisis de costo-efectividad de una variedad de medidas y formular recomendaciones para la implementación de presupuestos de carbono. Esto implicará evaluar un presupuesto para varios otros sectores de la economía y definir escenarios rentables de mitigación compatibles con los objetivos propuestos. CONECC continuará apoyando a ICM en el esfuerzo de promover el concepto de presupuesto de carbono con un enfoque en el sector energético, proporcionando a los responsables políticos argumentos convincentes para una política climática cada vez más ambiciosa.
Contacto: Jonas Russbild, jonas.russbild@giz.de