Este año, en el Día Mundial de la Ciudades, conmemorado cada 31 de octubre, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) y la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ México), presentaron el estudio Ciudades para la movilidad: mejores prácticas en México, disponible en las páginas web de SEDATU y de la IKI Alliance.

Esta compilación y análisis de mejores prácticas en el territorio del país, tiene el objetivo de compartir casos de éxito de políticas públicas, proyectos e iniciativas para promover la caminata, la bicicleta y el transporte público, y, a su vez, desincentivar el uso de vehículos particulares motorizados. Se espera que el estudio sirva como guía para que se repliquen las mejores prácticas de movilidad documentadas, considerando el contexto, las cualidades y la adaptación en otras localidades.

El gran interés de promover mejores prácticas de movilidad se ve reflejado con las 182 acciones identificadas que se han implementado por los gobiernos mexicanos en sus diferentes niveles durante los últimos 25 años. Es importante destacar, que se identifica un auge durante los últimos seis años, en donde se concentra el mayor número de acciones.

 

 

El 43% de estas acciones pertenecen a la línea de acción sobre política pública, mientras que el 57% a la de proyectos e iniciativas. Finalmente, se identificó que el 57% de las prácticas implementadas durante el periodo analizado, son de alcance municipal, 32% de alcance estatal, 7% metropolitano y un 4% de alcance nacional y que la región centro, conformada por las entidades de Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Puebla, Tlaxcala y la Ciudad de México, es la que cuenta con el mayor número de prácticas implementadas. Esto se debe a que son los gobiernos locales quienes por sus facultades ejecutan más proyectos, mientras que el gobierno federal, además de otorgar los recursos financieros, funge como un ente impulsor.

 

 

Se identifica que la categoría con más acciones es la de Gestión del tráfico y transporte (41%). Esto demuestra que los gobiernos mexicanos se han concentrado en la implementación de infraestructura, equipamiento y sistemas de transporte. En comparación con la poca existencia de Fondeo y financiamiento (4%), lo que sugiere la urgencia de la creación de un fondo o mecanismo de financiamiento específico para la movilidad de las ciudades y zonas metropolitanas del país.

Como prueba de ello, entre las acciones de Gestión del tráfico y transporte con una participación considerable, se encontraron a los sistemas de transporte público masivo que en su mayoría han sido financiados por el Programa de Apoyo Federal al Transporte Masivo. Esto demuestra que el establecimiento de recursos específicos permitiría la concretización de otros modos de transporte como la movilidad peatonal y ciclista, así como de medidas para el transporte público colectivo, la gestión urbana de mercancías y para desincentivar el uso excesivo de vehículos particulares motorizados.

 

 

Las categorías de las mejores prácticas se delinearon respondiendo a las principales barreras que inhiben el desarrollo de modos de transporte eficientes y amigables con el medio ambiente: falta de instituciones especializadas y de priorización de recursos en su distribución, la generación de instrumentos normativos, técnicos y de planeación, y la evaluación periódica de los proyectos.

Es determinante que los gobiernos de las ciudades mexicanas han implementado numerosas acciones para impulsar la movilidad a pie, en bicicleta y en el transporte público. Sin embargo, escasas son las ciudades que han pasado del impulso al establecimiento de una política pública. Esto se refleja cuando las acciones que se implementen parten de instrumentos y áreas especializadas. Aquellas ciudades que formalizaron la política pública de movilidad han implementado más y mejores acciones. Tal es el caso de la Ciudad de México, Guadalajara y Puebla. Asimismo, resalta la participación de Zapopan y Tlaquepaque que están replicando las mejores prácticas de Guadalajara, esto se vio reforzado con instituciones especializadas y otros mecanismos de gobernanza metropolitana como la mesa metropolitana de movilidad.

En resumen, sugerimos 6 necesidades básicas para que las ciudades mexicanas logren más y mejores proyectos y acciones en pro de la movilidad sostenible:

  1. Mayor coordinación entre los tres niveles de gobierno en instrumentos normativos y de planeación para vincularlos entre el otorgamiento y la aplicación de recursos a proyectos que se basen en instrumentos sólidos de planeación

 

  1. Formalización de áreas especializadas en todas las ciudades, zonas metropolitanas y estados del país, para lograr políticas públicas integrales y un mayor alcance de la implementación de acciones en pro de la movilidad sostenible. (tan sólo 1% de los municipios y 28% de las entidades federativas cuentan con un área especializada en movilidad)

 

  1. Creación de un fondo o mecanismo de financiamiento específico para la movilidad de las ciudades y zonas metropolitanas del país, así como el ajuste de las reglas de operación de los fondos existentes, los cuales, a su vez, siguen financiando infraestructura orientada a los vehículos particulares motorizados, pero no a las personas o al combate de la emergencia climática.

 

  1. Aprovechar la oportunidad de prácticas que se han replicado en menor manera: gestión urbana de mercancías, la implementación de infraestructura verde, acciones de cultura e innovación tecnológica. (Ver también el excurso al final de este artículo)

 

  1. Mejorar la documentación de las acciones que implementan los gobiernos: Se identificó que la mayoría de la información no es pública, así se dificulta aún más el replicar las mejores prácticas, y se desaprovechan oportunidades para la obtención de fondeo y financiación nacional e internacional, relacionados a la emergencia climática y otros sectores.

 

  1. Aumentar el acceso a ofertas de capacitación e intercambio sobre buenas prácticas en diferentes rubros, entre ellos: diseño de calles, movilidad ciclista, planeación de sistemas integrados de transporte (a través de la cooperación con operadores existentes), gestión de la demanda (i.e. sistemas de cobro por congestionamiento y contaminación).

 

A pesar de que los indicadores y la evaluación en sí, son ambiciosos, los resultados reflejan que México tiene un gran reto por implementar proyectos integrales. Si verdaderamente se desea impulsar una política pública de movilidad que incentive la caminata, el uso de la bicicleta y el transporte público, se requiere desarrollar proyectos en coordinación con otras áreas para que los beneficios económicos, ambientales y sociales se considere como beneficios desde la fase de planeación y el diseño.

Es determinante el avance que México ha tenido en materia de movilidad durante los últimos 25 años. Sin embargo, se requieren resolver las barreras identificadas y aprender a replicar las mejores prácticas para que cada día existan más Ciudades para la movilidad. Afortunadamente, son cada vez más los gobiernos locales y sectores que comienzan a impulsar políticas públicas innovadoras, tomando en cuenta la relación que existe entre la estructura urbana, las condiciones socioeconómicas y las decisiones de viaje.


Prácticas que (casi) no observamos en México

Las prácticas que se han replicado de menor manera son las relacionadas con la gestión urbana de mercancías, la implementación de infraestructura verde, acciones de cultura e innovación tecnológica. Esto representa una oportunidad para generar nuevas iniciativas o mejorar las existentes, que son escasas.

Ejemplo 1: Mientras empresas de redes de transporte como Uber, Didi, Cabify, etc., ponen a las personas usuarias en el medio de su interés, existe poca información práctica sobre los servicios de transporte público. Citymapper y moovit son iniciativas privadas y sociales accesibles en algunas ciudades, pero los gobiernos y operadores han mostrado poca iniciativa de ofrecer la información necesaria en estaciones y paradas, sitios web e incluso las aplicaciones para que las personas puedan planear sus viajes de manera sencilla y en tiempo real.

Ejemplo 2: No se puede identificar sistemas inteligentes de semaforización en los corredores de transporte público. En otros países son populares y exitosos, ya que permitan priorizar al transporte público ante los vehículos particulares en los cruces, y realizar reducciones de tiempos de viaje para las personas usuarias y de costos para las empresas que operan el servicio.

Ejemplo 3: La “Infraestructura Verde” permite la realización de varios beneficios como el combate de las islas de calor, menor impacto de inundaciones, proveer de más sombra y mejor calidad de aire – y a su vez – con menos costos de construcción y mantenimiento. A pesar de que se aplicaron elementos de infraestructura verde en algunos proyectos de calles y espacios públicos en ciudades como Hermosillo y la Ciudad de México, todavía no se implementa de manera sistemática en estas ciudades ni en el resto del país.