En los últimos años, el concepto de presupuesto de carbono ha adquirido importancia no sólo como una métrica para definir las metas de mitigación climática a nivel global, sino también como un indicador para ampliar la ambición y fortalecer el cumplimiento de estas metas. El presupuesto de carbono es la cantidad máxima acumulada de emisiones de dióxido de carbono equivalente (CO2e) a lo largo de un periodo, para limitar el incremento de la temperatura promedio de la tierra dentro de un cierto rango.
Este estudio presenta una metodología desarrollada por la Iniciativa Climática de México (ICM) con el apoyo del proyecto “Convergencia de la Política Energética y de Cambio Climático” (CONECC) de la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ). Dicha metodología busca estimar el presupuesto de carbono de México y del sector eléctrico, con el objetivo de que como país contribuimos a la meta de limitar el aumento de temperatura media global por debajo de los 2°C (y consideraciones para un escenario de 1.5°C), establecida en el Acuerdo de París.
De acuerdo con el estudio, el presupuesto de carbono de México del 2019 al 2100 es de 22.2 GtCO2e, lo que significa que, si el país continuara con el mismo ritmo de emisiones, su presupuesto de carbono se agotaría para 2040. Para el caso del sector eléctrico, el presupuesto de carbono disponible es de 3.9 GtCO2e hasta el 2100. Estos resultados fortalecen la necesidad de contar con metas climáticas con mayor ambición.
El estudio demuestra también la factibilidad de cumplir con el presupuesto de carbono del sector eléctrico si se toman en cuenta una serie de supuestos que conlleven a la convergencia de las políticas climáticas y energéticas, entre ellos, una participación de más del 50 por ciento de energías renovables en la generación eléctrica, acompañado de medidas de eficiencia energética en los sectores de consumo final.
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