Desde 2012, México ha establecido un marco integral de políticas de cambio climático, pero a pesar de muchos esfuerzos, la intensidad energética se mantiene estable y las emisiones han aumentado de manera constante. En noviembre de 2015, México estableció las ambiciosas INDC comprometiéndose a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 22% para 2030 en relación con los niveles habituales (business-as-usual, BAU).
Las pequeñas y medianas empresas (PYME) a menudo se describen como la columna vertebral de la economía mexicana, ya que representan el 98% de todas las empresas, el 75% del empleo y producen el 50% de su PIB. Son responsables de aproximadamente el 12% de las emisiones totales de GEI en México, con un potencial de reducción de emisiones total cercano a 6.91 Mt CO2e por año. Sin embargo, rara vez se les conoce como un grupo objetivo importante para los promotores de la transición de México hacia una economía baja en carbono. La eficiencia energética (EE) ha sido identificada como un mecanismo para la reducción de costos en las PYME, y muestra claramente que las empresas pueden influir directamente en sus costos de energía al optimizar los procesos de producción, aumentando así su competitividad y reduciendo las emisiones de GEI. Sin embargo, para aprovechar al máximo su potencial de mitigación, es crucial que las PYME conozcan el potencial y los beneficios de la EE y les proporcionen los mecanismos adecuados para garantizar su maximización. Del mismo modo, las instituciones financieras, especialmente los bancos comerciales, deben comprender mejor el perfil de riesgo de las PYME y los aspectos técnicos de las tecnologías limpias para gestionar su riesgo de inversión. Esto es clave para aprovechar más capital privado para el financiamiento climático.
Reconociendo lo anterior, México ya ha desarrollado una NAMA para promover la EE en las PYME. La implementación comenzó en 2014, y hasta el momento ha otorgado préstamos en condiciones concesionarias financiados con fondos públicos a 17,501 compañías para medidas estandarizadas de EE, como la sustitución de equipos obsoletos. Sin embargo, dado el enfoque tecnológico básico adoptado, produjo impactos más bien modestos con respecto a las reducciones de emisiones de GEI. No obstante, la NAMA inicial ha proporcionado con éxito préstamos en condiciones favorables a las PYME y ha creado una amplia estructura de apoyo técnico financiada en un 100% con fondos públicos.
El Proyecto de Soporte a la NAMA (NSP) propuesto ofrecerá asistencia técnica y financiera a la PYME-NAMA mencionada anteriormente, para ampliar considerablemente su alcance al comenzar una segunda fase de implementación. Para este propósito, se ha desarrollado una estrategia para proporcionar financiamiento para medidas de EE más complejas, como la optimización de sistemas en medianas empresas (aire comprimido, generación y distribución de vapor, refrigeración industrial, entre otros) que requerirán mayores costos de inversión, pero que tienen un mayor potencial de ahorro de energía que resulta en más reducciones de GEI. Además, al introducir bancos comerciales (de segundo nivel) como intermediarios financieros, el capital privado se aprovechará para brindar considerables oportunidades de ampliación.
El NSP se centrará en desarrollar un mercado dinámico y robusto para la EE en las PYME, con una contribución significativa del capital privado y el potencial de replicación en otros sectores. Para este propósito, se implementará un nuevo enfoque tecnológico, basado en la optimización del rendimiento de los sistemas de energía en los subsectores de las PYME seleccionadas (es decir, hoteles, industria química, industria de procesamiento de alimentos, etc.). Además, se establecerá una oferta de servicios de EE calificada integrada por empresas de consultoría certificadas y se superarán las barreras financieras y de mercado para atraer la participación de los bancos comerciales en el financiamiento de EE.
Apalancamiento directo de fondos: Se proporcionará cooperación financiera para establecer un fondo de garantía (7 millones de euros) así como un plan de subsidios de subvención a pequeña escala (2,5 millones de euros) para financiar medidas de EE en las PYME. Se espera un efecto de apalancamiento de al menos 70 millones de euros de capital privado para el financiamiento de tecnología limpia.
Los fondos de cooperación técnica se utilizarán para hacer que la necesidad y la importancia de la EE sean omnipresentes en la mentalidad de las partes interesadas relevantes, y para producir una importante cartera de proyectos de EE financiables que muestren los casos de éxito (4 millones de euros). Esto se logrará proporcionando al mercado una oferta calificada de servicios de EE integrados por empresas de consultoría certificadas; y sensibilizando a las PYME con respecto a los beneficios económicos y ambientales de EE, destacando especialmente cómo mejora la competitividad de las PYME.
Potencial de mitigación: con un enfoque conservador, un proyecto de eficiencia energética implementado en sistemas de consumo de energía eléctrica y térmica puede producir ahorros individuales promedio en el rango de 40 y 100 toneladas CO2e anuales, que es de 17 a 42 veces más alto que los ahorros obtenidos por proyecto durante la primera fase de implementación. Al final del cuarto año de implementación, el NSP apunta a un total de 9,000 proyectos implementados con una capacidad de impacto anual de 360,000 toneladas de CO2e anuales. Durante el periodo de implementación del NSP, el potencial de reducción acumulativo estimado de emisiones asciende a 421,200 toneladas de CO2e.