El cambio climático es un problema global con impactos crecientes que incluyen cambios en los patrones del clima, aumentos del nivel del mar, agravamiento de los fenómenos meteorológicos extremos, entre otros. A pesar de los avances en el conocimiento sobre el cambio climático y las acciones que numerosos países han tomado para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), las emisiones continúan creciendo.

 

El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) explicó como México ha fortalecido su marco institucional y ha llevado a cabo diversas medidas para mitigar las emisiones de GEI, entre las cuales se destaca, la publicación de tres Estrategias Nacionales de Cambio Climático; la adopción del Programa Especial de Cambio Climático, 2009; la presentación de seis comunicaciones nacionales ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático; la entrada en vigor de la Ley General de Cambio Climático, octubre de 2012; la presentación de México de su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) para mitigar sus emisiones de GEI en París, diciembre de 2015. Asimismo, México cuenta con un impuesto indirecto a las emisiones de GEI causadas por la quema de combustibles fósiles y una meta vinculante para que en el año 2024 por lo menos el 35% de la energía se genere por fuentes renovables.

 

Por otro lado, el 25 de septiembre de 2015, en la Organización de las Naciones Unidas, 193 países adoptaron la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: Transformando nuestro Mundo”. La agenda contiene 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que permitirán alcanzar avances sustanciales en tres logros fundamentales para la humanidad: erradicar la pobreza extrema, combatir la desigualdad y la injusticia, y solucionar el cambio climático.

 

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) explicó que para lograr las metas y objetivos en México para el desarrollo sostenible se encuentran acciones como promover la coherencia de políticas públicas; analizar los costos, beneficios y rentabilidad política de los proyectos; mejorar la coordinación intersectorial y el involucramiento de distintos actores en los distintos procesos económicos y políticos para poder establecer una planeación detallada de las actividades por hacer y con incentivos definidos; mejorar la capacidad adaptativa de las personas, políticas e instituciones; y crear sistemas que permitan reducir riesgos, disminuir la deforestación y el desarrollo del sector energético.

 

Se abordó la relación entre la Agenda 2030 y el Acuerdo de París con los cobeneficios de la implementación de la NDC con las dimensiones económicas, sociales y ambientales. Además, la arquitectura institucional debe ser fortalecida, generar apoyo para que los ODS se encuentren en los planes de desarrollo y de presupuesto a nivel nacional e implementar un sistema eficiente de procesos de medición.

 

En conclusión, la clave está en coordinar los procesos ambientales para consolidar las metas y acciones de las agencias y con esto poder. Con esto, poder establecer planes coherentes y generar apoyo a los objetivos para implementarlos.

 

El seminario fue organizado por el Centro ITAM Energía y Recursos Naturales y la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable).