El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Asociación de Bancos de México (ABM) han establecido un Programa de Desarrollo de Capacidades de Riesgo Climático destinado a fortalecer la capacidad institucional y operativa de los bancos mexicanos para identificar y gestionar los riesgos climáticos, ambientales y sociales. Dentro de este programa, se inició una nueva etapa con el objetivo de analizar las brechas en los sistemas de gobierno y en la gestión de riesgos climáticos, ambientales y sociales en los bancos mexicanos en relación con las recomendaciones de TCFD.
Los objetivos específicos del proyecto son:
- Proporcionar conocimiento sobre las principales tendencias internacionales y ejemplos prácticos de bancos que se alinean con estas tendencias regulatorias y/o voluntarias.
- Identificar, a través de un ejercicio de evaluación comparativa internacional, las mejores prácticas de gobernabilidad dentro de los bancos en América Latina y el Caribe que sean líderes de finanzas sustentables en su contexto de operación y/o “adoptadores tempranos” de las recomendaciones del TCFD.
- Desarrollar una herramienta para la identificación y el análisis de las estructuras y prácticas de gobierno de EC&S para la gestión de riesgos climáticos, ambientales y sociales dentro de los bancos en México. La herramienta permitirá la autoevaluación por parte de los bancos de su desempeño con respecto a la implementación de las recomendaciones de TCFD para la gobernabilidad y la gestión del riesgo climático, así como la comparación con sus pares. Fácil de usar y accesible para todos los bancos interesados, los resultados de su aplicación permitirán el análisis de las brechas existentes, la identificación de objetivos a corto y mediano plazo y la visualización del progreso realizado en la implementación de las recomendaciones de TCFD.
- Utilizar la herramienta para evaluar el desempeño de una muestra de 3-5 bancos mexicanos en términos de gobernanza y prácticas para la gestión de riesgos climáticos, ambientales y sociales.
- Facilitar un taller de capacitación con los bancos miembros de la ABM y otros bancos interesados donde se presentará la herramienta y sus posibles aplicaciones, junto con resultados anónimos de su aplicación a los involucrados. Se organizará una serie de ejercicios grupales para analizar las principales brechas y discutir las posibles barreras y habilitadores para la gestión del riesgo climático en los bancos mexicanos. El taller también permitirá la elaboración de “mapas de ruta” para la implementación de TCFD mediante la identificación de objetivos, actividades y cronogramas con respecto a cada criterio.
Como parte de esta iniciativa, la representante de Acclimatise, Laura Canevari, fue invitada a participar en un taller organizado durante el XIV Simposio sobre Gestión de Riesgos, celebrado en el Hilton Reforma en la Ciudad de México el 29 de mayo. Aquí, presentó los resultados recientes del primer proyecto piloto del PNUMA-FI con el sector bancario sobre la implementación de TCFD y reflexionó sobre los riesgos climáticos y las mejores prácticas de divulgación de oportunidades de todo el mundo.
Durante el taller, representantes de diferentes instituciones financieras dentro del país participaron en un diálogo para explorar ejemplos de sistemas de gestión de riesgos y gobernanza para riesgos socioambientales y climáticos, y para conocer casos prácticos, herramientas y marcos de referencia internacionales que pueden ayudarlos a preparar el camino hacia divulgaciones alineadas al TCFD.
Las palabras de apertura de Rafael del Villar Alrich, asesor de gobernanza del Banco de México (una de las 36 instituciones financieras en la Iniciativa de la Red para la Ecologización del Sistema Financiero) se complementaron con presentaciones de la ABM, Banobras, Bancolombia Banamext, así como de CEBDS Brasil y GIZ. Como señaló Alan Gómez Hernández, coordinador del Comité de Sostenibilidad de la ABM, el cambio climático debe considerarse como un problema fundamental que afecta al sector privado: Un tema de negocios con repercusiones positivas y negativas potencialmente significativas.
Como señaló Virna Gutiérrez (Banobras), se deben reconocer y abordar estos problemas en altos niveles de gobernanza dentro de los bancos, con el apoyo de sistemas de gestión de riesgos que puedan respaldar la identificación y evaluación de políticas para mitigar riesgos potenciales y buscar oportunidades potenciales. Se están tomando medidas para hacer esto posible. En América del Sur, por ejemplo, Bancolombia ha reconocido el papel que debe desempeñar en la financiación de la transición a una economía baja en carbono, con una política climática bien establecida para informar su estrategia. También son actores activos en las conversaciones gubernamentales y tienen un grupo interno muy cohesionado dentro del banco que trabaja para avanzar en temas de sostenibilidad y gestión del riesgo climático y se involucra directamente con clientes potenciales para fomentar el desarrollo de sus bonos verdes y líneas de crédito. Todas estas actividades se informan a la junta directiva, que estableció un objetivo de diez mil millones de dólares en inversiones climáticas para 2030.
Los bancos mexicanos también están dando pasos hacia adelante. El Sistema de Gestión de Riesgos Ambientales y Sociales (SARAS) de Banamext, por ejemplo, establece un marco de gestión integral que incluye políticas, procedimientos, herramientas y acciones de difusión interna, así como también necesidades de capacitación para identificar, supervisar y gestionar la exposición que el banco puede tener contra impactos ambientales y sociales potenciales dentro del proceso de asignación de crédito. Del mismo modo, también han desarrollado una herramienta de autoevaluación (MEDIRSE): Una metodología para determinar el impacto de los riesgos relacionados con los aspectos sociales de las inversiones en energía, de acuerdo con el proceso de diligencia debida de Bancomex y el sistema SARAS.
Además, las colaboraciones innovadoras están fomentando el desarrollo de instrumentos que ayudan a los bancos mexicanos a incorporar mejor los riesgos sociales, ambientales y climáticos en sus estructuras de gobierno y que facilitan la alineación con las recomendaciones de TCFD. Tal es el caso de una iniciativa establecida por la Iniciativa del Diálogo de Mercados Emergentes sobre Finanzas (EMDF) de la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable), (ver también: Análisis de la incorporación de escenarios ambientales), con el apoyo del Centro de Finanzas Sustentables del Instituto de Liderazgo para la Sostenibilidad (CISL) de la Universidad de Cambridge, el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y el Banco de México. El proyecto tiene como objetivo empoderar a las instituciones financieras en los sectores de banca, seguros y gestión de activos y promover la integración del análisis de escenarios ambientales en la práctica en la toma de decisiones financieras.
Si bien los bancos mexicanos reconocieron los desafíos de incorporar riesgos y oportunidades sociales, ambientales y climáticos dentro de sus sistemas de gobierno y gestión de riesgos, quedó claro que los bancos deberían embarcarse en este proceso ahora (si aún no lo han hecho). El proceso y los productos generados a través del proyecto recientemente establecido del Banco Interamericano de Desarrollo que trabaja con la Asociación Bancaria Mexicana están diseñados para brindar el apoyo necesario.
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