El nuevo reto que enfrenta del Marco Global para la Biodiversidad Post 2020.

Con el escenario actual la importancia de la biodiversidad ha aumentado, es por eso que el proyecto IKI IBA ha apoyado a los productores rurales para mejorar la condición del espacio al incluir un enfoque de biodiversidad.

Autor: Oscar Manuel Ramírez    Fecha: 27 de noviembre, 2020 Compartir:  



La Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica de la ONU inició el proceso para desarrollar un Marco Global para la Biodiversidad Post-2020, como otro paso para lograr la Visión 2050 de “Vivir en armonía con la Naturaleza”.

 

Este Marco Global y la Visión 2050, ahora deben de afrontar la nueva realidad en la que el COVID-19 nos ha colocado y es por ello que la Integración de la Biodiversidad (Mainstreaming) en los sectores productivos ha adquirido aun mayor relevancia para la CDB. Actualmente los conceptos y mensajes que se escuchan por todos lados sobre “Build Back Better” y “Green Recovery” entre otros, nos han puesto a pensar qué estamos haciendo en ese sentido dentro de nuestros proyectos.

 

En el caso del proyecto IKI IBA, identificamos varias acciones y rutas, que hemos venido promoviendo dentro de nuestros proyectos piloto como son: mantener y recuperar la capacidad de los suelos para producir alimento, a través de la agricultura de conservación, recuperando el porcentaje de materia orgánica, su capacidad de retención de agua y mayor fertilidad; al igual que la promoción de buenas prácticas en la selección, almacenamiento e intercambio de semillas y el manejo de plagas con metodos que no involucran agroquímicos, como lo es el caso de los murciélagos y la palomilla barrenadora del arroz. Todas estas son acciones permiten que los productores sean más resilientes, pues con un suelo sano, con su buena variedad y calidad de semillas, así como con los servicios de los ecosistemas aledaños a los cultivos, les permite tener una mejor economía en su producción, a la vez que una mayor calidad en sus productos.

 

Estos son los ejemplos que nos permiten tener un diálogo de confianza y trabajo junto a los colegas de SADER y que son clave para promover, que  la integración de la biodiversidad se vuelva un componente fundamental en los procesos de toma de decisiones y en el diseño de programas en este sector.