La transición energética no solamente ofrece muchos beneficios ambientales, de desarrollo tecnológico y de acceso a fuentes de energía, sino también se convierte cada vez más en una necesidad para reducir emisiones, mantener la seguridad energética, y proveer una alta calidad de vida. Conscientes de la interdependencia del uso y la generación de energía y el cambio climático, el ITAM y la GIZ organizaron un seminario para abrir la discusión sobre las implicaciones de la transición energética en la política de cambio climático.

M. en C. Odón de Buen Rodríguez, Director General CONUEE (Fuente: Oficina de Publicación del ITAM)
M. en C. Odón de Buen Rodríguez, Director General CONUEE (Fuente: Oficina de Publicación del ITAM)

Participantes del sector público, privado y estatal se juntaron para discutir la transición energética y sus implicaciones en la política de cambio climático.  La promoción y estimulación de la transición energética tanto a nivel individual como a nivel local y nacional se definió como imperativo para proteger el medio ambiente y la seguridad energética así como afrontar el cambio climático.

México fue uno de los primeros países que aprobó la Ley General de Cambio Climático (LGCC) que tiene como meta aspiracional reducir las emisiones en un 30% al 2020 y en un 50% al año 2050. Además, la LGCC tiene el objetivo de generar un 35% de la energía mediante fuentes limpias al 2024. Un año después se publicó el Programa Especial de Cambio Climático (PECC) 2014-2018, que incluye como elemento importante  el tema de  usos de energía limpia y la eficiencia energética con el fin de mitigar el cambio climático. El momento en el que México ratificó el Acuerdo de París las contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional (INDCs, por sus siglas en ingles) se convirtieron en contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs, por sus siglas en ingles) de carácter vinculante dentro del país. México se compromete a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 22% con recursos propios y en un 36% con apoyo internacional con relación a un escenario Business-As-Usual (BAU) hasta el 2030. Otro compromiso por parte de México es generar un 35% de la energía a través de fuentes limpias al 2024 y un 43% al 2030 que incluso es más ambicioso que la meta definida en la LGCC. Con el fin de lograr los NDCs en México, es necesario conciliar la política climática con la política energética.
La Ley de Transición Energética (LTE) de 2015 es el eje bajo el cual México ha unificado objetivos climáticos con objetivos energéticos de forma legal. La ley caminará a largo plazo en materia de sustentabilidad y incluye el aprovechamiento sustentable de la energía, el incremento gradual de la las energías limpias, y la reducción de emisiones contaminantes.

El Director General de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE), M. en C. Odón de Buen y Dr. Ernesto Ríos Patrón, el Director General del Instituto Mexicano del Petróleo, destacaron la necesidad de implementar una política que facilita el liderazgo local con iniciativas que ocurren de abajo hacia arriba así como políticas que promueven un cambio de conducta de cada uno. En este último caso, la eliminación de los subsidios desempeña un papel  central porque da un incentivo económico para un uso responsable de la energía disponible. Subsidios a favor de los combustibles fósiles y la electricidad no crean este incentivo económico necesario para un cambio transformacional.  México está en un buen trayecto con la transición energética dado que promueve la supresión de los subsidios y estimula el uso de energía renovable. En este contexto es evidente que la contribución de todos los niveles tanto a nivel nacional y estatal como a nivel local e individual es de gran importancia.

Otro reto destacado por diferentes ponentes es la integración de asuntos climáticos en diversos áreas temáticos, como por ejemplo en el sector urbano, financiero, energético, del petroleo y de vivienda. En particular, los sectores urbano y de vivienda demuestran un gran potencial de reducir emisiones ya que el transporte (como mayor emisor de GEI en México) y la construcción constituyen un 33% y un 11,3% (INECC, 2010) respectivamente de las emisiones en el sector energético en México. Se presentó como proyecto ejemplar la NAMA Mexicana de Vivienda Sustentable de CONAVI que fue apoyada por la GIZ por encargo del Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección a la Naturaleza, Obras Públicas y Seguridad Nuclear de Alemania (BMUB). Este proyecto pretende transformar el sector de la vivienda de México ya que hay gran potencial de reducir emisiones GEI por el uso de ecotecnologías alternativas innovadoras y materiales sustentables en la vivienda social. Mediante el proyecto se crearon más de 60,000 viviendas NAMA que tienen un potencial de reducir 37,200 tCO2 al año.

Posturas Sectoriales (izquierda a derecha): Mtra. Adriana Lobo, Directora WRI México; Mtra. Paloma Silva de Anzorena, Exdirectora de CONAVI; Lic. Oliver Flores Parra, Director General de Generación y Transmisión de Energía Eléctrica SENER (Fuente: Oficina de Publicación del ITAM)
Posturas Sectoriales (izquierda a derecha): Mtra. Adriana Lobo, Directora WRI México; Mtra. Paloma Silva de Anzorena, Exdirectora de CONAVI; Lic. Oliver Flores Parra, Director General de Generación y Transmisión de Energía Eléctrica SENER (Fuente: Oficina de Publicación del ITAM)

Para llegar a una reducción de emisiones GEI en todos los sectores, Dr. Flores Parra, Director General de Generación y Transmisión de Energía Eléctrica en la Secretaria de Energía (SENER), destacó la necesidad de invertir en nuevas tecnologías que harían posible bajar el costo del suministro de energía. En vista de ello, es necesario crear una política energética y climática que sea compatible con las condiciones del marco regulatorio e institucional para poder acceder a fondos de bancas de desarrollo y otras entidades. Además Lic. María Lascurain León, Gerente de Riesgos Ambientales y Sociales en Citibanamex, ofreció una perspectiva a la estrategia de sustentabilidad energética desde un punto de vista de financiamiento privado. Los bancos privados demuestran un interés cada vez mayor en proyectos climáticos. Se destacó que la banca privada debería impulsar proyectos de energía renovables ya que la economía depende del medio ambiente y no al revés. Es más, cuidar el medio ambiente es un requisito indispensable para mantener el crecimiento económico. Es por esta razón que cada vez más bancos privados están convencidos que una inversión en el medio ambiente también da paso a rendimientos económicos.

El seminario se llevó a cabo el 5 de Abril del 2017 en las instalaciones del ITAM Campus Santa Teresa y fue organizado por el Centro de Energía y Recursos Naturales del ITAM en colaboración con la Alianza Mexicana-Alemana de Cambio Climático de la GIZ por encargo del Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección a la Naturaleza, Obras Públicas y Seguridad Nuclear (BMUB). Fue el segundo taller de una serie de tres que se llevarán a cabo hasta mayo 2017 con el objetivo de fomentar la discusión entre tomadores de decisión, representantes del sector privado y de la sociedad civil en materia de la política energética y climática de México.

Presentaciones y programa del seminario:

Programm Seminar ITAM GIZ
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