Funcionarios del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México expusieron en un Webinar métodos para incorporar metas de adaptación al cambio climático en las Contribuciones Nacionales Determinadas (INDCs, por sus siglas en inglés).
El pasado 29 de julio, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) organizó un Webinar con el fin de vincular los compromisos climáticos 2020-2030 o técnicamente conocidas como las Contribuciones Nacionales Determinadas (INDCs) con estrategias de adaptación frente al cambio climático.
Dos ponentes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) expusieron el panorama global de las INDCs, Yamil Bonduki: Asesor Técnico del Programa de Construcción de Capacidades en Bajas Emisiones y Michael Comstock, Coordinador de Proyectos. Por su parte Gloria Cuevas Guillaumin, Asesora del Área de Vulnerabilidad y Adaptación de la SEMARNAT dió el contexto, la visión y el avance de México en la materia.
Las Contribuciones Nacionales son compromisos para enfrentar los embates del cambio climático, en una agenda post 2020-2030. Los países presentan las INDCs a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés), para reducir los gases de efecto invernadero (GEI) de acuerdo a sus realidades, a través de acciones de mitigación. México fue el primer país emergente en anunciar sus compromisos nacionales de mitigación y en incluir metas de adaptación al cambio climático, adicionales a los compromisos previamente establecidos en otros instrumentos de política pública nacional. Esta visión vanguardista de México sirve como ejemplo para otros países de la región y del mundo. Por esta razón, en este Webinar, se enfatizó la importancia de incluir temáticas como la adaptación, el financiamiento, el desarrollo de capacidades y la transferencia tecnológica. Las INDCs han constituido un tema central de las negociaciones internacionales en los últimos años, en las cuales los países han estado discutiendo su definición, alcance y seguimiento.
Gracias a la “Decisión de Lima” (un resultado de las negociaciones del 2014 en la COP 20), se sugiere que los países consideren reportar sus acciones de adaptación o incluir un componente en sus INDCs (párrafo 12). Aún existe incertidumbre en la forma de reportar, ya que esta información dependerá de lo que los países consideren conveniente de acuerdo con sus propias necesidades.
Michael Comstock recomendó un documento técnico desarrollado conjuntamente entre el World Resources Institute (WRI) y el PNUD titulado “Designing and Preparing INDCs”. Este documento brinda elementos técnicos y pasos clave para asistir a los países en su elaboración. En él se explica cómo los INDCs difieren y se relacionan con los Planes Nacionales de Adaptación (NAPs por sus siglas en inglés).
Gloria Cuevas señaló el avance de México en la elaboración de su INDC, el cual tuvo insumos de funcionarios y organizaciones de la sociedad civil a través de un taller, así como de una encuesta en línea. Finalmente se presentó el documento el pasado 27 de marzo de este año. La funcionaria recalcó la importancia de priorizar las políticas y las acciones de adaptación, con énfasis en estrategias que involucren adaptación basada en ecosistemas, sector social e infraestructura estratégica.
Algunas recomendaciones en materia de adaptación, como resultado del taller de funcionarios y organizaciones de la sociedad civil en México, fueron:
- la importancia de reforestar con especies nativas.
- fortalecer capacidades de adaptación.
- considerar la vulnerabilidad actual y futura.
- fortalecer el monitoreo y la evaluación de las acciones de adaptación.
- incluir el enfoque de género y étnico.
- recuperar las áreas de humedales.
El ejemplo del proceso de consulta y elaboración de recomendaciones adquiere su importancia en señalar que los países elaboren procesos participativos similares. Esto con el fin de identificar las medidas y las acciones climáticas que sean adecuadas a sus contextos territoriales y nacionales. Además de que voluntariamente establezcan un mayor compromiso para alcanzar resultados de largo plazo frente a las amenazas climáticas y que las acciones contemplen co-beneficios tanto en mitigación como en adaptación.
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